El proyecto presentado por un grupo de senadores de la Nueva Mayoría pretende la despenalización total del aborto hasta la semana 12 de gestación.
Entre los aspectos técnicos que se plantean está la conformación de un equipo multidisciplinario que actúe como consultoría, replicando el modelo europeo. La idea es que el equipo de profesionales asista a las mujeres, las orienten y las persuadan a tener el niño.
El senador del Partido Socialista Alfonso de Urresti explica que uno de los objetivos del proyecto es “poder generar una discusión global”, libre de ideologías.
Entre los argumentos expuestos por el legislador está el derecho a elegir. Permitir que las mujeres, hasta las 12 semanas de gestación, decidan si quieren continuar con el embarazo o prefieren optar por un aborto despenalizado y regulado.
Guido Girardi (PPD) también apoya la medida. El senador expone los motivos que llevan al aborto como una de las razones que explican su presentación: “Es consecuencia de una sociedad que abandona a las mujeres en lo que son los derechos sexuales y reproductivos”, asegura el legislador.
También agrega que “los que se han opuesto a los métodos anticonceptivos y a la educación, son los responsables de que esto suceda”, siendo el aborto un método de “natalidad” presente ante la ausencia de políticas educativas y preventivas reales.
El Colegio Médico, se mantiene en la línea de fortalecer los instrumentos preventivos.
El gremio de profesionales, liderado por Enrique Paris, apoya la decisión de despenalización en los casos de inviabilidad fetal y peligro de vida de la madre. Pero no comparten su despenalización total.
Para Paris es fundamental fortalecer los espacios de educación y prevención, desde donde las autoridades se han restado: “Hay que trabajar con los jóvenes en la prevención del embarazo no deseado, utilizando métodos anticonceptivos. Hay que mejorar profundamente y desde la base de la educación sexual, para eso se requiere el concurso del Ministerio de Educación, que no lo he visto, no ha dicho ni una sola palabra”. Pues “el aborto no es la vía, la vía es la prevención y la educación” aseguró el profesional.
Las matronas coinciden con la demanda de mayor educación: “Todas las políticas públicas deben ir dirigidas a evitar las embarazos no deseados, por medio de anticonceptivos. Debe haber una mayor estrategia comunicacional”, señala Anita Román, presidenta gremial.
Pese a ello, indica, en los casos donde una mujer opte por el aborto, las matronas concuerdan que “deben estar por el respeto y humanización de la mujer abortante”. Además de “procurar salvar la vida de quien llega en riesgo”.
El rol del ministerio de Educación también es criticado por la profesional. “No hay ninguna política coherente de educación sexual, que lleve a determinar un sexo libre, informado y placentero. Más allá de hablar de aborto libre, tenemos que hacernos cargo de qué ocurre con aquellas mujeres que se embarazan porque el Estado no las está protegiendo”, afirmó y criticó que todas las políticas que existen poseen un sesgo valórico que sólo refuerza la satanización de la maternidad.
Angie Mendoza, Vocera de la Organización Coordinadora Feministas en Lucha y parte del colectivo Marcha Mundial de Mujeres, se mostró de acuerdo con la propuesta de los senadores, pero agregó que “el aborto no debería tener restricción”, de manera que “las mujeres puedan decidir por sobre sus cuerpos”.
Uno de sus argumentos es la “segmentación del aborto” presente en la actualidad. “La mayoría de los abortos se practican por mujeres pobres en condiciones precarias, poco higiénicas y poco seguras. En cambio las mujeres de clase alta, lo hacen en clínicas privadas”, indicó.
Desde la vereda contraria, Verónica Hoffmann de la Fundación de Ayuda “Chile Unido”, fue tajante en expresar que “la solución no es el aborto”.
“Ninguna mujer quiere abortar, son las circunstancias las que la obligan”, y dijo que “si su vulnerabilidad se opone a su proyecto de vida, tiene susto de contarles a los padres, es producto de una violación, o es un diagnóstico de inviabilidad. En cualquiera de estas causales, debe existir una política pública que acompañe a la mujer en ese proceso”.
Desde la Iglesia Católica se manifiesta el desacuerdo. Jaime Coiro, vocero de la Conferencia Episcopal, indicó que la primera medida por parte de la iglesia hacia las embarazadas que están en medio de situaciones de desgracia, es de “solidaridad y cercanía”. Expresó que “la iglesia cree que debe hacerse cargo de ese clamor, pero nunca el aborto será la solución ni para una mujer y su entorno”.
Opiniones que difieren respecto al tema del aborto. Pero que abre interrogantes respecto a la gran cobertura mediática que ha tenido esta materia, y la despreocupación que existe en las políticas efectivas de prevención, anticoncepción, información y educación sexual.