“Michelle Bachelet firma y explica proyecto de reforma al binominal”. “Comisión de Constitución aprueba la reforma al sistema electoral”. “Gobierno consigue votos claves para cambio en la Constitución”. Sumaban y seguían los titulares que recorrían las acciones del Gobierno y de la Nueva Mayoría en los cambios propuestos al sistema al binominal.

En el Comité Político del lunes, los presidentes del conglomerado incluso manifestaron el total rechazo a la propuesta alternativa presentada por Renovación Nacional para cambiar el sistema electoral. Todo estaba tranquilo y en La Moneda respiraron confiados cuando obtuvieron también los votos del movimiento Amplitud. El panorama se veía auspicioso para el oficialismo y tenso para la oposición.

Numéricamente las cuentas eran alegres. La Nueva Mayoría cuenta con 67 diputados en su bancada, para ingresar la modificación al denominado binominal, necesitan de 71. El voto de Pedro Browne, Karla Rubilar y Joaquín Godoy, los dejaban muy cerca del número soñado.

El paso logrado este miércoles en la comisión de Constitución hacía consolidar aún más esas pretensiones. Sin embargo, y repitiendo el escenario vivido con la reforma educacional, voces disidentes al interior del pacto revivieron dudas y rompieron el clima de felicidad.

Esta vez no fue la Democracia Cristiana, ni su presidente. Tampoco Camilo Escalona o Carlos Montes. Esta vez las dudas surgieron en la voz de la casi silente bancada radical.

“Todavía no está confirmado que votemos a favor de la reforma”, señalaron en un escenario donde sus cuatro votos podrían acabar con las pretensiones que el conglomerado tiene de hacer valer la mayoría que ostentan en ambas Cámaras.

No sólo los radicales preocupan al Gobierno, pues parlamentarios de la DC y del Partido Socialista también han advertido sus reparos al texto.

Aumento de los costos de campaña, mal diseño del redistritaje, pérdida de representación en algunas regiones y ausencias de medidas para limitar la reelección, figuran entre las críticas que la propia Nueva Mayoría hace al proyecto.

Los radicales, en particular, alegan falta de espacios para poder participar de la discusión. En ese sentido, critican la extrema celeridad que le ha otorgado el Gobierno a este debate, lo cual, aseguran, perjudica una iniciativa fundamental para “profundizar la democracia”.

Alberto Robles, lamenta, por ejemplo, que no se pudiesen plantear alternativas al aumento en el número de parlamentarios, ya que, a su juicio, era la oportunidad para profundizar en este debate, e incluso, proponer la idea de un parlamento unicameral.

Algo más preocupante surge entre las declaraciones del diputado Robles: “El Ejecutivo se equivoca al no buscar el consenso al interior del oficialismo”, dice, dejando expuestas todas las diferencias del conglomerado, no solo en lo que a binominal respecta.

“No se condice con un trabajo coordinado con todos los parlamentarios de la Nueva Mayoría el que no tengamos una mirada, a lo menos, compartida en lo grueso de los proyectos más emblemáticos. Debemos tener una mirada única y, en ese plano, a mí me parece que ha faltado un poco de acercamiento a la bancada del Partido Radical”, sostuvo, mostrando su molestia por la poca importancia que se les ha dado al interior del Pacto.

“Es necesario primero definir un criterio único al interior de la Nueva Mayoría”, puntualiza, haciendo referencia a las reuniones que el Ejecutivo tuvo con Amplitud.

Pero las dudas no terminan ahí. A diferencia de lo que creía el Ejecutivo, los diputados independientes tampoco han asegurado su adhesión al proyecto, lo que los distancia aún más de los 71 votos requeridos.

Pero más allá de las divergencias por los acuerdos políticos, el proyecto ha motivado opiniones similares en representantes de partidos que se encuentran distantes en el espectro político. Tal es el caso de la UDI, cuyos militantes se han esmerado por manifestar la inconveniencia de este proyecto para los partidos con menos representación parlamentaria, o independientes.

En esta línea, a la diputada gremialista, miembro de la comisión de Constitución de la Cámara, Marisol Turres, le parece extraño que Amplitud haya concretado un acercamiento con el Gobierno, debido a que esta iniciativa no los favorecerá.

“Todos los cálculos nos indican que con el proyecto tal como viene, al menos 103 de los actuales parlamentarios saldrían reelectos, porque los candidatos nuevos, los independientes, no tendrían tiempo, ni recursos para darse a conocer, entonces, esto no ayuda a mejorar, como se supone que quiere, la participación y la representación de la ciudadanía”, expone la diputada, tocando un tema que ha sido presentado por los sectores extraparlamentarios: El cambio propuesto supone tal competencia que los partidos y movimientos pequeños no tendrán financiamiento suficiente para dar a conocer a sus candidatos.

Y si bien la posición de la UDI ha sido marginal, considerando el recuento feliz de votos que hasta hace algunas horas hacía el Ejecutivo, la molestia de sus propios adherentes por la manera en que se están conduciendo las negociaciones sobre las reformas, podría obligaros a, finalmente, sentarse a negociar con los gremialistas.

En lo inmediato, es probable que La Moneda deba cambiar su estrategia y sentarse a dialogar con sus propios parlamentarios. De todas formas, ya parecen contar con apoyo externo. Karla Rubilar de Amplitud, hizo un llamado a los parlamentarios oficialistas a apoyar la iniciativa propuesta por sus propias filas: “En la cancha se ven los gallos, dijo la diputada emplazando al oficialismo.