Salmoneras se niegan a trasparentar uso de antibióticos en peces

La industria salmonera rescatada de un seria crisis financiera durante el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, luego de sufrir el impacto del virus ISA, salta nuevamente a la palestra a partir de la solicitud que hizo la organización de conservación marina Oceana para transparentar la cantidad de antibióticos que utilizan las empresas en los peces, recibiendo la negativa del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca).

La industria salmonera rescatada de un seria crisis financiera durante el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, luego de sufrir el impacto del virus ISA, salta nuevamente a la palestra a partir de la solicitud que hizo la organización de conservación marina Oceana para transparentar la cantidad de antibióticos que utilizan las empresas en los peces, recibiendo la negativa del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca).

El 2 de mayo, Oceana presentó al Sernapesca una solicitud para conocer la información precisa de lo que utiliza cada empresa de cultivo que operan en Chile entre los años 2009 y 2013. Solo 8 empresas accedieron, las 50 restantes negaron con el argumento  que “forma parte de aspectos estratégicos de las empresas, por lo que su divulgación las pondría en riesgo desde un punto de vista competitivo y comercial”, según se consigna en la Resolución Exenta 1757, que Sernapesca entregó el 16 de junio a la organización.

Oceana, frente a la negativa de las salmoneras, presentó un reclamo ante el Consejo para la Transparencia con el fin de obtener la información que se está solicitando, sobre todo considerando que ya nadie niega que las empresas salmoneras usan antibióticos y pesticidas en los peces. Recordadas son las palabras del ex candidato presidencial de la Alianza, Pablo Longueira quien afirmó que el tema “no es chacota”, refiriéndose a las 325 toneladas de antibióticos vertidos en los dos mil 200 kilómetros de mar entre las regiones de Los Lagos y Magallanes.

Según las denuncias que ha realizado el biólogo marino Héctor Kol, autor del estudio que realizó la Fundación Pumalín, a modo de ejemplo,  afirma que los salmones que produce Marine Harvest, una especie que no es parte del ecosistema marino de Chile,  para poder sobrevivir recibe 36 mil veces más antibióticos de las mismas especies que tiene la industria en Noruega. Esta cantidad de antibióticos repercute en la salud humana que se hace inmune al fármaco, y a eso se debe agregar el efecto que podría producir los pesticidas, de los cuales no existe ningún tipo de investigación.

Kol, ha denunciado a través de distintas entrevistas, que en la región de Los Lagos, se ha podido comprobar que en los hospitales de Osorno, Castro y Puerto Montt  el consumo de alimentos del mar con residuos de antibióticos genera genes de resistencia a los antibióticos. Es decir, si las personas son atacadas por una enfermedad que requiere medicamentos, ya no tendrán ningún efecto en su salud.

El biólogo marino ha insistido que en los últimos seis años la industria farmacológica mundial ha producido las quinolonas, nombre genérico para los antibióticos que se les administran a los peces, de los cuales dos son usados en Chile y que se encuentran prohibidos en el resto del mundo. ¿Cómo es posible que la legislación permita esta contaminación a las personas, al mar, a la flora y fauna silvestre de un vasto territorio, y que por añadidura es financiado por el Estado?, pregunta el experto.

Héctor Kol denuncia que se instaló una “industria que ha sido un desastre en lo social, en lo económico y ambiental, que además no tiene ninguna justificación mantener esta industria tóxica en los canales y fiordos chilenos con un virus distribuido en 2.200 kilómetros lineales de mar. La gente no tiene idea de lo que está comiendo y Sernapesca lo único que hace es una” vigilancia pasiva””, concluye el investigador.

Al respecto el director ejecutivo de Oceana, Alex Muñoz aseguró que la industria de salmón quiere esconder el hecho “que las cantidades de antibióticos que usan se han disparado, superando los cientos de miles de kilos al año”.

Muñoz precisó “nos olvidemos que la Organización Mundial de la Salud ha recomendado no abusar de los antibióticos porque son muy importantes para el tratamiento de enfermedades en humanos y acá  tenemos una industria que está haciendo caso omiso a todas las advertencias, abusando de una manera muy irresponsable de estos fármacos a tal punto  que enfermedades que afectan a las personas puedan quedar sin tratamiento”.

El director de Oceana informó que entre las empresas que se rehusaron a que se publique esta información se encuentran las más importantes del rubro, como las noruegas Marine Harvest y Mainstream (Cermaq) y las chilenas AquaChile y Multiexport.

Según información obtenida por Oceana, desde el año 2007 al 2011, la industria del salmón en Chile había pasado de aplicar 385.000 kilos de antibióticos a ​​206.000 kilos. Pero esa disminución se detuvo para el año 2012, donde la cifra, proporcionada por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), volvió a aumentar, superando nuevamente los 337.000 kilogramos de antibióticos usados sobre salmones.

El Consejo para la Transparencia tiene ahora en sus manos la posibilidad de fallar a favor de la petición que ha realizado Oceana, bajo el entendido que el Sernapesca cuenta con esta información en forma detallada, y terminar así con la práctica de las empresas salmoneras de engañar la débil legislación chilena que usa estándares ambientales y sanitarios más bajos de lo que se usa en Europa.





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