Ley Emilia avanza a segundo trámite legislativo

La Ley Emilia fue aprobada en su primer trámite legislativo con más del ochenta por ciento de los votos de diputados. Familiares de las víctimas de accidentes valoraron avance, pero pidieron revisar la tipificación de “estado de ebriedad”. Por otro lado, expertos en tránsito llamaron a no centrar el foco de las sanciones más severas sólo en quienes cometen delitos de tránsito producto del consumo de alcohol, apuntando a otros factores de corte estructural.

La Ley Emilia fue aprobada en su primer trámite legislativo con más del ochenta por ciento de los votos de diputados. Familiares de las víctimas de accidentes valoraron avance, pero pidieron revisar la tipificación de “estado de ebriedad”. Por otro lado, expertos en tránsito llamaron a no centrar el foco de las sanciones más severas sólo en quienes cometen delitos de tránsito producto del consumo de alcohol, apuntando a otros factores de corte estructural.

Este martes, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto que modifica la Ley de Tránsito, en lo que se refiere al delito de manejo en estado de ebriedad, causando lesiones graves, gravísimas o con resultado de muerte, más conocida como “Ley Emilia”.

Con 99 votos alcanzados en la votación general, el proyecto del Ejecutivo ahora pasa a su Segundo Trámite en el Senado, luego de ser reingresado al Congreso el pasado 25 de junio.

Esto, después de que el texto presentado en el gobierno de Sebastián Piñera no siguiera su tramitación legislativa, ya que fue rechazado el informe de la Comisión Mixta, sin alcanzar los votos en la Cámara.

La Presidenta de la República, Michelle Bachelet, al firmar la nueva iniciativa el pasado 23 de junio, señaló que ésta busca “hacerse cargo de la sensación de impunidad ante este tipo de delitos”, refiriéndose a la baja extensión y sustitución de penas.

Con lo anterior, coincidió el diputado demócrata cristiano Mario Venegas quien insistió en  que “esta ley debe tener un rol coercitivo”, al elevar las pena del delito por manejo en estado de ebriedad, con resultado de lesiones graves, gravísimas o muerte. Las condenas que van desde presidio menor en su grado máximo y a presidio mayor en su grado mínimo, es decir, desde tres años y un día a diez años.
“Esto, sobre la base de que la sociedad no comparte esta actitud irresponsable, que antes además agravaba el dolor de los familiares, por el hecho de que la personas quedaba libre, no pagaban nada. Por esto yo creo que nos demoramos mucho tiempo en aprobar este proyecto de ley”, expresó el diputado.

Por su parte, el diputado comunista Hugo Gutiérrez, reconoció como gran mérito de esta propuesta legal que se contemplen nuevas reglas que se conocen como circunstancias “atenuantes y agravantes”; esto es que el autor del delito huya del lugar y no preste ayuda a la víctima, que hubiese sido condenado anteriormente por alguno de los delitos previstos, o si desarrolla labores de transporte de personas o bienes y se encuentra en ejercicio de sus funciones.

Si se presentan una o más circunstancias atenuantes y ninguna agravante, el tribunal impondrá la pena de presidio menor en su grado máximo. Sólo procederá a la sustitución de penas por reclusión parcial nocturna a condenas menores de cinco años y cumpliendo siempre un año de reclusión efectiva.

En tanto, Carolina Figueroa, madre de Emilia Silva, infante que inspiró el nombre de la ley al perder la vida en enero de 2013, si bien valoró la aprobación de la Cámara Baja, advirtió que aún queda mucho por hacer en relación a qué se entiende por conducir en estado de ebriedad y bajo los efectos del alcohol.

“No quedo plenamente satisfecha. Aquí hay un pregunta latente en torno a lo qué pasa con la influencia del alcohol, pues Chile sigue bajo el índice, en el resto de los países de la OCDE es 0.3 el límite que se entiende como estado de ebriedad y aquí lo entendemos como bajo la influencia del alcohol”, insistió Figueroa.

Con una mirada distinta, pero también valorando el avance de la ley, el ingeniero en tránsito Jaime Bravo, insistió en que la ebriedad no puede ser el único el foco para evitar accidentes viales, ya que éstos son multicausales.

“No debemos dar tregua a quienes manejan en estado de ebriedad, ya sea con cero ocho  o con un gramo, y lo que es más grave, que después huyan del accidente, eso no tiene perdón. Pero tengo que ser preciso, ese es un segmento bastante reducido, en circunstancias que hay gente que arrolla personas sin estar ni siquiera bebidos, solamente como un acto imprudente, huyendo de la misma manera, y no tienen una sanción del nivel que recibe la gente que consume alcohol”, enfatizó el experto.

El especialista añadió que se debe avanzar hacia la elaboración de proyectos que se hagan cargo de otras situaciones que generan accidentes.

Cabe señalar, que según el último informe estadístico emitido por la Comisión Nacional de Seguridad de Transito (Conaset) el año 2013, respecto a las cusas de siniestros, los accidentes provocados por la presencia del alcohol en los conductores, ocupan el quinto lugar.

En primer lugar figuran la imprudencia del conductor; en segundo, causas no determinadas, tercer lugar, desobediencia a la señalización; en cuarto, la total pérdida del control del vehículo; y en quinto lugar las imprudencias del peatón.





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