En conversación con Radio Universidad de Chile, el diputado de la Izquierda Autónoma por Magallanes, Gabriel Boric, se refirió al debate respecto de la reforma educacional que pretende implementar el gobierno de la Nueva Mayoría, luego de una de las semanas más críticas para el proyecto. Una reforma que le llega de cerca al ex miembro del movimiento estudiantil que la impulsó, y del que Boric formó parte como presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).
¿Usted cree que es necesario blindar al ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre como han considerado algunos otros sectores vinculados a la izquierda?
Yo creo que el Gobierno ha sido muy errático, pero a mí me interesa que la reforma salga y que salga bien. Creo que el ministro Eyzaguirre efectivamente ha cometido muchos errores en esto, pero tampoco se trata de empezar a festinar con ellos, tratar de anotarse un triunfo espurio pidiendo la cabeza del Ministro. Creo que no hay que blindarlo ni tampoco hay que andar pidiendo cabezas, sino más bien preocuparse del tema de fondo que es cómo sacamos adelante la reforma y cómo colaboramos de alguna manera para que todos los errores que ha cometido el Gobierno no impliquen que finalmente se termine pactando con los sectores más conservadores que no quieren una reforma educacional en Chile.
Los votos para la reforma los tiene la Nueva Mayoría y en los últimos días hemos recibido sucesivas señales, incluyendo el Consejo de la Democracia Cristiana del fin de semana, en el sentido de la rearticulación de las fuerzas que tienen menos simpatía por esta reforma. A luz de este escenario ¿Cómo podría conducirse el oficialismo durante las próximas semanas en relación a esta reforma?
El gobierno de la Nueva Mayoría tiene que tomar una decisión política: si esta reforma la quieren empujar con la DC de Ignacio Walker, que no es la misma que la de Yasna Provoste o Mario Venegas, y con la derecha, o si la quieren empujar con quienes efectivamente queremos una reforma educacional profunda y estructural, que es principalmente el movimiento social. A lo que nosotros apuntamos, y se lo dije explícitamente al ministro Eyzaguirre, es que acá hay que buscar un gran acuerdo social para sacar adelante esta reforma educacional.
Nosotros estamos apuntando a que el Gobierno avance en un gran acuerdo social, en particular con el movimiento estudiantil, y creo que ésa es la disyuntiva en la que está el ministro Eyzaguirre hoy en el Ministerio de Educación.
Luego de unos meses como diputado, en los que además ha sido criticó como se pactó la reforma tributaria ¿qué impresión se ha formado de cómo funciona el Parlamento, entendiendo que debería ser uno de los principales órganos de representación democrática del país’
Creo que el Parlamento chileno es muy poco representativo de la diversidad de nuestra sociedad, es muy elitista, tiende a la homogenización, pero que, sin embargo, sigue siendo una herramienta para poder posicionar ciertos temas, y nosotros lo hemos tratado de utilizar con ese objetivo. Yo creo que tampoco se trata de festinar con lugares comunes, hay muchos parlamentarios que trabajan de manera seria y responsable, tal como simplemente hay otros que les importan muy poco las discusiones. No sabría cómo decirlo, quizás no se toman tan en serio la pega, pero no se puede meter a todos en el mismo saco.
¿Aparte de la reforma al sistema binominal, qué otras reformas se deberían hacer para reponer una relación más virtuosa entre el Parlamento y los ciudadanos?
Lo que nosotros defendemos es la idea de socializar lo político y politizar lo social, o sea, los grandes cambios en Chile no van a pasar por el Parlamento, sino por la organización de los trabajadores, de los estudiantes, de los pobladores, la rearticulación del tejido social en Chile que fue muy diezmado durante la dictadura y que se ha mantenido de manera consciente y separado durante los gobiernos de la Concertación y la derecha.
Creo que efectivamente hay leyes en las que se puede avanzar, como cambiar la Constitución ojalá mediante Asamblea Constituyente. Tenemos que lograr una nueva ley de financiamiento de la política, los cambios al binominal que van a ser muy importantes, la reforma educacional en el sentido de que mediante la reforma nos preguntemos qué tipo de ciudadano estamos formando, cómo recuperamos la educación cívica en los colegios.
Desde la perspectiva más política y en su condición de representante de la Izquierda Autónoma ¿Cómo se ha ido construyendo esta política de alianzas para efectos de no quedar aislado en un Parlamento que obliga a pactar para ser parte de las comisiones o intervenir en el hemiciclo?
Creo que la pregunta hay que reformularla, porque nuestra principal política de alianzas no está dentro del Parlamento, sino que está fuera, y nuestra fuerza se encuentra en nuestro trabajo territorial acá en Magallanes y en lo que hemos ido desarrollando en la Fundación Nodo 21 y la Izquierda Autónoma a nivel nacional.
Efectivamente hay ciertos vericuetos administrativos en el mismo Congreso que, de pronto, hacen más difícil la participación. Por ejemplo, a mí me habría gustado estar en la Comisión de Educación, sin embargo, no se me permitió participar por lo que usted señala. No creo que haya que victimizarse, estamos haciendo un trabajo interesante, hemos tenido buenas relaciones con otros diputados, en particular con la bancada independiente: Vlado Mirosevic, Giorgio Jackson y Alejandra Sepúlveda. También hemos logrado establecer relaciones con otros diputados que tienen un carácter más progresista como Maya Fernández, Claudio Arriagada, la misma Camila Vallejo. No me siento incómodo trabajando en el Congreso Nacional.
Encuentro de la Izquierda Autónoma
Este fin de semana hubo encuentro nacional de la Izquierda Autónoma ¿Cómo está la reflexión en torno a avanzar hacia constituirse en partido político y respecto a las alianzas para la carrera presidencial de 2018, que ya se instaló en el debate?
Nosotros ya tomamos una decisión política de avanzar hacia la constitución de una orgánica nacional del tipo movimiento y que eventualmente pueda derivar en un partido político y estamos trabajando en esa dirección. Vamos a tener un congreso ideológico durante los próximos meses que va a durar dos meses para ya, ojalá en 2015, poder constituir una orgánica de carácter nacional en la que podamos invitar a participar a todos a quienes le hacen sentido las reflexiones que hemos venido dando durante los últimos años.
Respecto de las carreras presidenciales, yo creo que electoralizar toda la política en función de aventuras personales es un tremendo error. Nosotros no hacemos política solamente pensando en las elecciones. La política no es un patrimonio exclusivo del Congreso, no se juega solo en la urnas, sino que también en la construcción de sociedad civil, en la construcción de organización popular, y ese es nuestro principal desafío y prioridad en el día de hoy.
Se habla de acciones o al menos de deseos en la línea de que eventualmente la Nueva Mayoría deje de existir como la conocemos en la actualidad, con la salida de la Democracia Cristiana y con la incorporación de sectores como el PRO. ¿Cómo verían ustedes la generación de un espacio como ése?
Evidentemente hay sectores de la Nueva Mayoría con que se puede tener un diálogo político mucho más fructífero que con otros, pero respecto a nuestra política de alianzas de aquí al futuro. lo primero es ser bien humilde y entender que estamos en un proceso de constitución, y por lo tanto, no creer que de nosotros depende la política de alianzas de la Concertación. Ésa es una cuestión que se juega en el día a día, de cómo construyamos nuestra orgánica, nuestras reflexiones políticas, pero nosotros no podemos hacer política pensando en lo que haga la Concertación o no y, en ese sentido, siempre hemos tenido una visión crítica de ese espacio. Nuestro principal objetivo está con quienes hoy no se encuentran dentro de esta alianza, que son además la mayoría de los chilenos a quienes no les hace sentido la política. Recordemos que la participación política en Chile es muy baja y eso es una cuestión que nosotros pretendemos enfrentar y combatir.
De lo que ha hecho el gobierno hasta el momento, de lo cual usted ha sido bastante crítico, ¿qué sugeriría que cambiara o cómo debería conducirse respecto a lo que viene en las tres reformas llamadas estructurales?
Me parece que el Gobierno debería buscar apoyo, más que en la derecha y en los sectores conservadores, en los movimientos sociales, que son finalmente los que han hecho posible toda esta discusión. Si hoy estamos hablando de la posibilidad de una nueva Constitución, de una reforma educacional profunda, es gracias a que los estudiantes y los trabajadores salieron a las calles. Ello se organizaron y, por lo tanto, no pueden ser suplantados por una clase política que está deslegitimada. Ojalá que el Gobierno busque los acuerdos con estos sectores de la sociedad más que con sectores que quieren mantener el statu quo.