Si bien la discusión por la reforma a la actual Carta Fundamental es un tema que el Gobierno busca postergar hasta 2015, al interior de la Nueva Mayoría el asunto genera debate y discrepancias respecto de la forma en que se realizará.
Sabido es que el Gobierno en ningún momento se ha pronunciado claramente respecto de qué es lo que busca hacer en esta materia, por lo mismo, han tenido que ser los partidos los encargados de dar luces acerca de qué se va a hacer con la actual constitución.
La idea es mayoritaria, hay que modificar la Carta Magna, pero en el mecanismo se han registrado fuertes diferencias, la última de ellas, el voto político alcanzado en la Democracia Cristiana para pujar por una definición de los puntos e ideas que contendrá la nueva Constitución y solo con eso establecer la forma.
Decisión que generó molestia al interior de los adherentes a la Asamblea Constituyente de la Nueva Mayoría, el más crítico, el senador del MAS, Alejandro Navarro quien descartó de plano que este mecanismo pueda ser usado durante el Gobierno de Michelle Bachelet.
“Durante el gobierno de Michelle Bachelet no va a haber Asamblea Constituyente. No porque nosotros no queramos, sino porque no existen los votos para su aprobación”, dijo Navarro y agregó que para ello se requieren 25 senadores.
El diagnóstico del parlamentario es claro, con las trabas que está poniendo la DC a la idea de la Asamblea Constituyente es “imposible” que se pueda hacer realidad, por lo mismo, él es partidario de “dejar de vender humo” a la ciudadanía y dejar en claro que este tema debe ser prioritario en el programa que se presente para las elecciones del 2017.
Esta idea es apoyada por otros miembros de la Nueva Mayoría, quienes aseguran que es necesario mejorar la representación parlamentaria para, de esta forma, tener los votos que eviten la necesidad de contar con el apoyo DC.
De hecho, fuentes consultadas al interior del oficialismo no descartan que este sea el tema que ocasione el divorcio definitivo con la Democracia Cristiana una vez que se instale el debate durante 2015.
El presidente del PPD, Jaime Quintana, recordó que este es un tema que no debe apresurarse y espera que nadie al interior de la Nueva Mayoría ponga trabas a priori.
“Si la presidenta ha dicho que el mecanismo va a ser participativo, creo que también van a ser participativos los elementos que van a ser parte de la discusión de la nueva Constitución. Por lo tanto, yo espero que ningún actor de la Nueva Mayoría busque restringir ese debate, donde uno de los pilares puestos por la Presidenta ha sido la participación”, dijo.
Para el secretario general del Partido Comunista, Juan Andrés Lagos, lo ideal sería no descartar de plano esta alternativa.
“Hagamos el esfuerzo democrático para que los dos procesos sean simultáneos” pidió y dijo que es importante marcar “el sentido que la orientación de la Presidenta de un proceso participativo y consultivo hacia la ciudadanía”.
Desde la Democracia Cristiana, en tanto, se muestran tranquilos. Desestiman las críticas respecto de que esto sería una traba definitiva a la Asamblea Constituyente y esperan que el debate se realice de manera normal al interior de la Nueva Mayoría.
El presidente subrogante de la falange, Fuad Chahin, solicitó a sus pares en el oficialismo crear un pacto respecto de esta materia.
“Lo importante es ponernos de acuerdo en un pacto por contenido y después vemos cuáles son los mejores mecanismos, lo que ha hecho la Presidenta a nosotros nos interpreta, creemos que debe ser participativo, democrático y constitucional. No hay nueva Constitución en el mundo que no tenga un pacto constitucional. Hay que buscar la oportunidad y cuál es la manera en que se ratifica por la ciudadanía”.
Lo cierto es que al interior de la Nueva Mayoría no cayó muy bien esta decisión de la DC y aseguran que es parte de la idea de este partido de continuar con su arremetida por instalar la idea de los consensos por sobre lo dispuesto en el programa.
Incluso, algunos dirigentes aseguran que la DC es un partido minoritario dentro del oficialismo, manteniendo un poco de esperanza respecto de que este mecanismo (la asamblea constituyente) sea el elegido para cambiar la constitución. Idea que por lo menos luego de lo dicho por el senador Alejandro Navarro parece cada vez más lejana.