El próximo domingo 26 de octubre se celebrarán las elecciones presidenciales y parlamentarias en Uruguay y en caso de que ninguna de los candidatos a la primera Magistratura logre una mayoría absoluta de los votos, se realizará una segunda vuelta el 30 de noviembre de 2014. Cabe señalar que el actual presidente José Mujica no puede postularse a la reelección inmediata por disposición constitucional.
Los candidatos para ocupar el sillón presidencial son: del oficialista Frente Amplio, el ex mandatario Tabaré Vázquez; del Partido Nacional, Luis Lacalle; del Partido Colorado, Pedro Bordaberry; y por el Partido Independiente compite Gonzalo Abella.
Según los resultados de una encuesta del 7 de agosto de Interconsult el Frente Amplio (FA) obtiene el 39% de las intenciones de voto, mientras que el Partido Nacional alcanza 29%, en tanto, el Partido Colorado marca 15%, y el Partido Independiente suma el 2% de las preferencias.
En el supuesto de una segunda vuelta, donde blancos y colorados voten a un mismo candidato, estos superan ahora en 5 puntos porcentuales al Frente Amplio. Aunque no es lo más probable, podrían también ganar las elecciones.
El voto en Uruguay es obligatorio y quien no pudiere votar sin causa fundada incurrirá en una multa o se verá sancionado con la imposibilidad de realizar varios trámites públicos.
En estas elecciones se están incorporando alrededor de 250 mil electores, la gran mayoría de ellos jóvenes que crecieron en el siglo XXI bajo la influencia de las tecnologías de la información.
El académico del Instituto de Ciencia Política de la Universidad Católica, David Altman, indicó que las dudas sobre el próximo presidente de Uruguay existen porque según las últimas encuestas ningún candidato es capaz de ganar en la primera vuelta del 26 de octubre.
Por esto, el investigador de la Universidad Católica señaló que es muy probable que la residencia del país se defina en una segunda vuelta: “Los partidos tradicionales, El Blanco y el Colorado (ambos de derecha) seguramente van a hacer una alianza y el candidato que pase a la segunda vuelta contaría con el apoyo de los dos partidos, y si sumamos los partidos hoy la diferencia es estadísticamente nula entre el Frente Amplio y los partidos tradicionales. En las últimas encuestas los partidos tradicionales tienen 4 o 5 puntos arriba del oficialismo, o sea, es imposible decir quién será el próximo Presidente del Uruguay. Hoy en día es como tirar una moneda al aire”.
Sin embargo, en un escenario de continuidad del oficialismo bajo la conducción de Tabaré Vázquez y a propósito de la agenda progresista de José Mujica, el profesor uruguayo explicó que ni el tema gay, ni el tema sobre la interrupción del embarazo van a sufrir cambios, aunque señaló que la despenalización del consumo de marihuana podría tener algún retoque en cuanto a la lógica de la producción oficial de marihuana y la venta en farmacias.
Sin embargo, en un análisis más profundo sobre el tema de la marihuana, el profesor Altman dijo que es difícil que haya modificaciones respecto del actual permiso que pueden obtener quienes desean consumir droga e incluso el auto cultivo de la cannabis, y señaló que es improbable que el ex presidente Vázquez retroceda en esa política pública.
Por su lado, el investigador del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago, Fernando Estensoro, señaló que la legalización del consumo de marihuana, el tema del aborto, y el matrimonio homosexual han sido banderas de lucha del gobierno del Frente Amplio.
Respecto de estos temas progresistas, el profesor de la USACH explicó que “el Frente Amplio ha adoptado estas reivindicaciones, que se podrían considerar parte de la filosofía liberal, como la libertad de los individuos, donde el Estado no tiene por qué meterse. Sin embargo, la coalición oficialista uruguaya las ha ido reivindicando, y hoy aparecen como banderas progresistas, dado que los partidos tradicionalmente liberales son liberales en el campo de la economía, pero son conservadores en temas culturales”.
Fernando Estensoro dijo que en Uruguay también está presente el fenómeno conocido como la nueva derecha, que se caracteriza por ser liberales en materias económicas, pero muy conservadores en los temas culturales, produciéndose un quiebre de la tradicional filosofía política del liberalismo que promovía la libertad económica y libertad individual.