Cuando fue el momento de “Vuelvo”, una de las más finas composiciones del repertorio de Inti Illimani Histórico, los integrantes de Quilapayún estaban también sobre el escenario y se sumaron como un coro firme a esos versos concebidos en el exilio. Justo antes, los dos grupos habían interpretado juntos “Mi patria”, una canción nacida desde esa misma experiencia, representativa del canto solemne y conmovedor de Quilapayún, a la que los miembros de Inti Illimani Histórico le aportaron la delicadeza instrumental que caracteriza sus propias canciones. Interpretadas de esa manera, esas dos piezas son una buena muestra de lo que significó el concierto que ambos grupos ofrecieron el sábado por la noche ante un Teatro Caupolicán con su capacidad casi completa, para cerrar el ciclo que antes los tuvo en Rancagua, Valparaíso y el mismo recinto de calle San Diego, con la excusa de celebrar diez años desde esas primeras presentaciones en conjunto en el estadio Víctor Jara.
Fueron 32 canciones y poco más de dos horas durante las cuales Inti Illimani Histórico y Quilapayún comprobaron en vivo que son como dos ángulos de una misma figura. Ocurrió, por ejemplo, con “Carabina 30-30” y “Nuestro México febrero 23”, canciones que cada uno de los grupos tomó en su momento para rendir tributo a la Revolución Mexicana y que sonaron juntas bajo luces tricolores. Ocurrió con “Ventolera” y “Tatatí” y luego con “Contraste” y “El mercado de Testaccio”, muestras del costado instrumental de ambas agrupaciones. Aunque hubo pasajes en que cada banda se adueñó completamente del escenario (“Ingá” y “Medianoche” para Inti Illimani Histórico, “El cigarrito” para Quilapayún), los mejores momentos del concierto fueron producto de la sinergia entre ambos grupos: al recordar composiciones de las cantatas que cada uno trabajó con Luis Advis (“La esperanza”, “Canción final”), al retomar el cancionero de Víctor Jara (“Vientos del pueblo”, “El aparecido”), al volver al repertorio más sabroso con “Samba landó” y “Malembe” (la única alusión al robo de instrumentos que sufrieron en la semana) y al entonar los himnos políticos: “La muralla”, la “Canción del poder popular” y, por supuesto, “El pueblo unido”. Incluso esta unión de fuerzas dio fruto a instantes memorables cuando ese ensamble de 14 músicos se redujo al mínimo: con “La pajita”, interpretada solo por Horacio Salinas y Eduardo Carrasco, y con “Palimpsesto”, en la que el tenue piano de Camilo Salinas acompañó las voces sin amplificar de los demás, parados al borde del escenario como un coro salido de otro concierto.
A veces eran menos, a veces eran más, a veces unos solo cantaban, a veces todos estaban armados de guitarras, cuatros, tiples, charangos, zampoñas, acordeones, teclados, bajos, contrabajos y una infinidad de percusiones. Son diferentes vías para llegar a un mismo resultado, diversos experimentos que concluyen con la destreza instrumental que no tiene Quilapayún y con la potencia vocal y solemnidad escénica que no tiene Inti Illimani Histórico. Dicho de otro modo: comprobaron en vivo que son parte de una misma historia.
Inti + Quila
Sábado 16 de agosto de 2014
Teatro Caupolicán
1. Tema de la Quebrada de Humahuaca
2. Elegía
3. La esperanza
4. Sensemaya: canción para matar a una culebra
5. América novia mía
6. Ventolera
7. Tatatí
8. Carabina 30-30
9. Nuestro México febrero 23
10. Tío Caimán
11. Tinku
12. La pajita
13. Contraste
14. El mercado de Testaccio
15. Ingá
16. Medianoche
17. El cigarrito
18. Plegaria a un labrador
19. Malembe
20. Vientos del pueblo
21. Mi patria
22. Vuelvo
23. La hierba de los caminos
24. El tururururú
25. Discurso sobre los Derechos Humanos del pintor Roberto Matta
26. El aparecido
27. La muralla
28. Canción del poder popular
29. Samba landó
30. Canción final (Cantata Santa María de Iquique)
31. El pueblo unido jamás será vencido
32. Palimpsesto