La atajada en la medialuna: entre el deporte y el maltrato

Hasta hace unos años oponerse al rodeo era como estar en contra de la chilenidad y sus mejores tradiciones. Casi como insultar la bandera y el Himno Nacional en pleno mes de septiembre, cuando los arrebatos patrióticos se encumbran igual de alto que los volantines.

Hasta hace unos años oponerse al rodeo era como estar en contra de la chilenidad y sus mejores tradiciones. Casi como insultar la bandera y el Himno Nacional en pleno mes de septiembre, cuando los arrebatos patrióticos se encumbran igual de alto que los volantines.

En septiembre de 2010 y mientras Ñuñoa celebraba un rodeo en el Estadio Nacional, con motivo de la Semana de la Chilenidad, un grupo de jóvenes irrumpió en la medialuna exigiendo el cese al maltrato animal y la abolición de la práctica. Esta acción no hubiera tenido ninguna repercusión pública si no fuera por la masividad e inmediatez de las redes sociales. Los vídeos que se subieron a la web mostraron las escenas de violencia con que los jinetes respondieron a la acción de los jóvenes, laceando y arrastrando varios metros a una muchacha. Todo esto, al compás de las cuecas y de la descomedida animación del locutor.

Las reacciones fueron de todo tipo: parlamentarios pidiendo formalizar al jinete más cruel; el director de la Federación del Rodeo Chileno, Alfonso Rivas, prometiendo suspender al huaso por la “tontera” que hizo. Otros, los más políticos, exigiendo a alguna autoridad de la época que se pronunciara sobre sus vínculos con el lucrativo mundo de la crianza de caballos chilenos. Desde esa fecha, muchos grupos de ciudadanos han exigido su abolición sin el temor de ir contra las tradiciones.

A la izquierda, Alfonso Rivas Hurtado

A la izquierda, Alfonso Rivas Hurtado

Así, los activistas comenzaron a presentan reclamos al Consejo Nacional de Televisión, cuando hay transmisión de rodeos en televisión abierta, y organizan distintas actividades para difundir imágenes del rodeo y la tortura animal con el fin de generar repudio colectivo, durante las fechas de Fiestas Patrias.

Cada vez son más usuales los blogs, las páginas de facebook contra el rodeo y los cientos de imágenes de suma violencia subidas a Youtube.

Los movimientos ciudadanos, que siempre van varios pasos más adelante que las autoridades y los parlamentarios, han logrado levantar reivindicaciones ecológicas y animalistas antes nunca conocidas, utilizando siempre la complicidad de la comunicación inmediata de las redes sociales.

Basta recordar cuando en septiembre de 2012 El Diario de Antofagasta subió a la web una secuencia donde se muestra a un animal agonizante luego de ser acorralado en una medialuna de la capital regional lo que causó la indignación masiva contra este deporte (ver video).

El sábado pasado la ONG Animal Libre convocó a una marcha contra el rodeo en la Plaza Italia de Santiago. El presidente de la organización, Mauricio Serrano, explicó que el rodeo sólo causa violencia en los animales. Adelantó que están realizando un trabajo investigativo que revelarán dentro de poco y “que da cuenta de los recursos económicos que se destinan y el daño que existe en la medialuna a los animales”. Paralelamente, anuncia movilizaciones “que buscarán hacer ruido para que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto y puedan trabajar en un corto plazo en logros concretos sobre este tema”.

El defensor de los animales aseguró que “a largo plazo se pretende la abolición de la práctica, ni regularla ni mejorar su reglamento interno”. Abolirla.

Los defensores de los animales marcharon  para abolir el rodeo.

Los defensores de los animales marcharon para abolir el rodeo.

El veterinario Félix Cárdenas, del Centro de Salud Animal Beckenham, clínica especializada en rehabilitación y fisioterapia de Talagante, explicó que para todos los que ejercen la medicina veterinaria y la rehabilitación de animales, “el rodeo es una máquina productora de lesiones, ya sea lesiones gravísimas que puede dejar postrado a un animal o bien lesiones pasajeras que implican cojeras crónicas, hematomas, dolor generalizado, fracturas y fisuras. El efecto es realmente gravísimo” en caballos y novillos, insistió.

El experto criticó que, en general, los animales luego del rodeo no reciben atención médica, lo que amerita el daño físico que se les aplicó, y son devueltos al campo en ese estado.

Respecto al daño psicológico, Cárdenas sostuvo que “un animal, al igual que un ser humano, funciona con confianza, cariño y experiencias previas. Por lo tanto, “si al animal lo machacan contra una pared, aunque sea acolchada, presentará taras y sufrimiento por estrés, de no saber qué ocurre y cómo reaccionar”, dijo.

Todo desencadenará en ciertos fenómenos fisiológicos, cardiológicos, respiratorios y adrenales con una consecuencia médica para su futuro.

La historia a nuestro favor

Chile ha sido pionero en la erradicación de muchas “tradiciones” sanguinarias y crueles. Basta recordar que en 1823, durante el gobierno de Bernardo O’Higgins, Manuel de Salas presentó un proyecto para abolir las lidias de toros.

Su presentación señalaba: “La ilustración y dulzura de costumbres consiguientes a la civilización han desterrado del mundo culto aquellos espectáculos de horror, propios de los tiempos barbaros y que encruelecen a los espectadores, entre ellos las lidias de toros; y, aunque Chile puede jactarse de ser la parte donde han tenido menos aceptación, sin embargo es honor suyo dar una señal de su repugnancia a esta fiera diversión que no carece absolutamente de promovedores”.

En septiembre de 1823, el director supremo Ramón Freire, firmó la prohibición definitiva de corridas de toros y las peleas de gallos del país.

En Chile no se transmiten corridas de toros por televisión por abierta. En otras naciones europeas y latinoamericanas recién comienzan a debatir el tema.

Con confianza en las señales de la historia, es que al interior de las organizaciones animalistas se piensa que en un futuro no muy lejano prácticas como el rodeo y las tiraduras de caballo serán absolutamente erradicadas.

Las organizaciones defensoras de animales sostienen que la base del rodeo es agredir al novillo. Y esa agresión es maltrato y un acto abusivo.
Recuerdan que todavía ocurren situaciones tan graves como utilizar picanas, patadas y golpes para que se levanten cuando, exhaustos o heridos, no pueden caminar o no quieren entrar a la medialuna.

También ponen en cuestión el arraigo y la popularidad del rodeo, cuyos defensores alegan que es el segundo más masivo después del fútbol. Los animalistas lo asocian, más bien, a la élite con su poder y dominio de los medios de comunicación tradicionales, los que han logrado imponer un falso mensaje de masividad y popularidad.

A quienes defienden las costumbres y tradiciones, los defensores de los animales les recuerdan que los espectáculos que se realizaban en los circos romanos también era parte de los gustos populares y que no por eso perduraron en el tiempo.





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