En las últimas jornadas el dólar ha retomado su tendencia alcista frente el peso chileno, la que la semana pasada lo llevó a máximos de cinco años. Ayer, la divisa norteamericana se transaba en unos 592 pesos. Agentes del mercado afirman que los límites al alza se encuentran ahora entre 594 y 597 pesos como primeras resistencias, aunque varios creen que hay posibilidad que se rompan esos techos y el dólar busque los 604 pesos, condicionado a que el Banco Central baje la tasa en 0,5 puntos en su reunión de hoy.
Como la mayoría de las veces, el alza del tipo de cambio se atribuye a la caída en el precio del cobre, que ayer bajó por segunda jornada consecutiva en Londres y cerró en US$ 3,12 centavos de dólar la libra, arrastrado por el negativo comportamiento de los mercados internacionales y la citada posibilidad interna de que el Central rebaje la tasa. En paralelo ha habido mayor demanda por la divisa, explicada por el avance del dólar a nivel global, lo que se ha visto reflejado también en otras monedas de países emergentes exportadores de commodities como Chile.
Las circunstancias nacionales y externas han generado una nueva baja de expectativas respecto del crecimiento para el 2014 y según la Encuesta de Expectativas del Central, los expertos esperan un crecimiento del PIB de 2% para este año, cinco décimas menos que lo estimado en la muestra de agosto. Esta sería la quinta caída de expectativas de los consultados, quienes también han corregido a la baja, desde 3,5% a 3,3%, sus previsiones para el crecimiento del PIB el próximo año. Los especialistas, además, prevén que el Imacec suba solo 1% en agosto, mientras que esperan una inflación por sobre el techo de la banda del instituto emisor, de 4%, llegando a 4,2% en diciembre.
De allí que, frente a la desaceleración, aun con la amenaza de mayor inflación, algunos prevean que el Central recortará hoy en 25 puntos base la tasa, para situarla en 3,25 por ciento, al tiempo que proyecten una baja adicional de otro cuarto de punto, hasta el 3 %, en la reunión de política monetaria de octubre.
Así las cosas, con un cobre a la baja, dólar en alza, actividad económica en desaceleración, tanto en consumo como en inversiones, desempleo en aumento, inquietud política y social, acentuada por las recientes acciones terroristas, pareciera configurarse una tormenta perfecta que impide ver que, en todo caso, lo que se está observando en la economía no es más que un previsible ajuste de la actividad a las nuevas condiciones de demanda nacional e internacional, sin que eso termine por afectar estructuralmente su salud. En efecto, a pesar de las cifras macro, las empresas del IPSA mostraron un robusto aumento de sus utilidades de 11% en el primer semestre.
Los factores de ajuste automático de nuestra economía evitan que caigamos en una espiral de deterioro que amenace con una recesión sin rebote, pues con un dólar alto se compra menos, dado que se encarecen las importaciones, mientras que las empresas ajustan sus balances y su oferta en baja, tanto reduciendo sus compras, como por la vía del empleo, mientras las exportadoras comienzan a ganar más en pesos, gracias al alza del tipo de cambio, hecho que augura un rebote de actividad para más adelante. Desde luego, para quienes pierden el empleo o deben bajar su consumo, no son buenas noticias. Pero es obvio que cuando hay menos ingresos, lo sensato es reducir los gastos, que es, por lo demás, lo que han hecho los chilenos, bajando bruscamente su consumo respecto del 2013 y obligando a más liquidaciones y bajas de precios en los retail. Así, nos ajustamos todos.