En una ceremonia íntima, la Universidad de Chile conmemoró un nuevo aniversario del Golpe Cívico Militar.
La dictadura no sólo enlutó de muerte y dolor a la mayor universidad del país, sino que la despojó de sus sedes regionales y el instituto pedagógico, hoy conocido como UMCE.
El “derecho de vivir” de Víctor Jara fue el preludio a los reconocimientos del acto. La primera en dedicar un sentido homenaje a los alumnos muertos fue Cristina Tapia, Presidenta de la Asociación de Funcionarios. “Queremos expresar que si nuestra Universidad quiere rendir un homenaje de verdad a todos los universitarios que la dictadura nos arrebató, debemos hacer de ésta un verdadero espacio público, donde todos aportemos a su construcción, una universidad libre, abierta, y dispuesta a recoger lo que el pueblo, su comunidad necesita”, apuntó.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Académicos, Héctor Díaz, destacó la Resistencia de la casa de Estudios y valoró el rol fundamental para la historia del país en el pasado, presente y futuro.
“El golpe de estado que hace 41 años sacudió este país no pudo demoler el espíritu de la Universidad de Chile y eso está muy fuertemente arraigado en nuestra comunidad, en nuestros estudiantes, en nuestros funcionarios no académicos”, dijo y añadió: “No debemos olvidar a nuestros muertos y desaparecidos, pero no para que nos paralice ese recuerdo, sino para que nos alimente a seguir adelante en búsqueda de nuevos destinos, nuevas responsabilidades, nuevos desafíos”.
También estuvieron presentes los estudiantes. La presidenta de la FECH, Melisa Sepúlveda, afirmó que la dictadura se encargó de destruir lo público y fortalecer lo privado, lo que hoy sigue ocurriendo, y añadió que se debe luchar por que a todo chileno y chilena no se le niegue el derecho a estudiar y construir un espacio de pensamiento, viendo a la educación pública y su fortalecimiento como el camino para construir un país más justo, libre y soberano.
Al cierre de la ceremonia, el Rector Ennio Vivialdi, afirmó que una de las consecuencias más fuertes de la dictadura es la imagen del individualismo que impuso casi como una forma de la condición humana y que es sumamente empobrecedora. Por lo mismo, puso el acento en el espíritu democrático.
“Termino simplemente señalando el deber que estas experiencias, estas emociones, estas vivencias nos imponen a tener un profundo sentido de responsabilidad ante la vida política. Quizás la tarea más importante encomendada a nuestra Universidad es que desde las múltiples actividades que pueda desarrollar haga imposible que vuelva a ocurrir un Golpe de Estado, una dictadura, que es la negación misma del sentido de la Universidad en su libertad de pensamiento y de expresión”, sostuvo el Rector.
“Este es un lugar privilegiado para reconstruir”, afirmó y añadió la necesidad de hacerlo en conjunto como sociedad.
La ceremonia concluyó con versos, recitada por el destacado poeta Raúl Zurita quien deslumbró a la audiencia con “Canto a su amor desaparecido”.