Luego de un trabajo de cuatro años, la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) este jueves presentó los nuevos criterios de evaluación para los programas y carreras de pregrado que imparten las universidades e institutos profesionales (IP).

Se trata de 12 preceptos divididos en tres dimensiones: Propósitos e Institucionalidad de la Carrera, Condiciones de Operación y Resultados y Capacidad de Autorregulación, los que mantienen el objetivo de certificar la calidad de los propósitos declarados en la formación de un profesional.

Entre las nuevas directrices destacan la conformación de núcleos docentes contratados a jornada completa, vinculación con el entorno, participación y bienestar estudiantil, infraestructura y recursos para el aprendizaje, declarar un perfil de egreso, entre otros.

Matko Koljatic, presidente de la CNA, señaló que esta nueva pauta es la actualización de un proceso que se encuentra, según su opinión, desregulado.

“Qué tiene que saber un ingeniero, qué tiene que saber un abogado o qué tiene que en el caso de un IP un chef; cuáles son los conocimientos, las aptitudes que esa persona tiene que medir sobre el perfil de egreso, y es en función de eso, qué planes de estudios se desarrollan, qué profesores se contrataron, qué infraestructura se construye, ese es un criterio central de acreditación nuevo. Algunas instituciones actualmente sí adolecen de estas falencias, porque bueno, estamos en un sistema muy desregulado”, sostuvo Koljatic.

Los nuevos criterios, que afectan a los más de ocho mil programas ofrecidos por 180 instituciones, mantienen la acreditación obligatoria sólo para las carreras de medicina y pedagogía, no obstante, introducen aspectos cuantitativos “a considerar” para las carreras que establezcan objetivos de aprendizajes y rúbricas, aplicables a cada asignatura o ciclo de formación.

Factores, que en línea con la necesidad de regular el sistema al que se refirió Koljatic, generaron opiniones divididas entre los rectores.

Federico Valdés, Rector de la Universidad del Desarrollo, comentó que es más partidario de una autorregulación que no vaya en desmedro de la autonomía e innovación de las instituciones.

En tanto, René Salomé, Vicerrector de la Universidad Mayor y ex ministro de Educación durante la dictadura, reparó en que mucha regulación puede ir contra las instituciones.

“Yo no he hablado de asfixia, yo he hablado de un aumento de regulaciones, y creo que eso puede conspirar contra un sistema que ha demostrado ser muy proactivo, que ha provocado muchas innovaciones, que a algunas instituciones no ha provocado acreditación a nivel internacional, entonces para qué aumentar las regulaciones, ese fue mi planteamiento” expresó el ex ministro.

Por su parte, Juan Manuel Zolezzi, rector de la Universidad de Santiago y vicepresidente del Cruch, si bien calificó positivamente la nueva pauta, insistió en que se debe avanzar aún más.

“Me parece que debiésemos haber ido más allá, hacia una acreditación conjunta de institución y carreras, eso se puede hacer mediante un chequeo de lo que se está cumpliendo en cada carrera. No me queda claro por qué no se fue directamente a los estándares y seguimos con criterios si la ley lo exige, el país tiene que definir algunas cosas básicas como lo son un marco de cualificaciones o si la Superintendencia va a tener connotaciones también de calidad, temas importantísimos para avanzar en calidad”, comentó Zolezzi.

Los criterios de acreditación de carreras serán sometidos a un proceso de consulta no vinculante a las instituciones de educación superior, el que se extenderá por 60 días.

Las autoridades estimaron que la nueva pauta comenzaría a regir desde el segundo semestre de 2015.