La inscripción de la cultura Chinchorro en la Lista de Patrimonio Mundial se presenta como un gran desafío para el país.
El camino comienza en 1998 cuando esta milenaria sociedad fue incluida en la Lista Tentativa de Chile por el Consejo de Monumentos Nacionales. La candidatura se apoyó en los términos del criterio de selección iii: “aportar un testimonio único, o al menos excepcional, sobre una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida”.
Diez años después, el Centro de Patrimonio de la UNESCO y la Universidad de Tarapacá iniciaron una colaboración que continuó con un Seminario comparativo (enero de 2010). Las investigaciones de 11 expertos de Chile, España, Brasil, Canadá, Estados Unidos, Perú y Francia, se ponen en discusión ante la singularidad de la Cultura Chinchorro.
Ese contenido está presente en un nuevo texto. Esta versión, en inglés, se titula: “The Chinchorro Culture: A Comparative Perspective. The Archaeology of the Earliest Human Mummification”.
Nuria Sanz, Directora y Representante de la Oficina de la UNESCO en México y Coordinadora General del Programa Temático HEADS, aseguró que la nueva publicación puede ser uno de los capítulos de la propia nominación. “Éste es un paso gigante”, destacó, agregando que que están pensando en cómo este legado “puede formar parte de los libros de texto. Que verdaderamente todo este proceso de nominación sirva de conocimiento público de algo que siendo chileno, es esencial para la comprensión de la diversidad cultural para todo el mundo”.
Sanz agregó que “la nominación a patrimonio mundial, además de todo ese contenido científico, tiene que tener todas las condiciones ópticas desde el punto de vista de su protección. Que las figuras jurídicas sean adecuadas, que los límites propuestos para la zona de amortiguamiento sean las adecuadas, un trabajo de conservación y gestión”.
Los puntos clave son la implementación gradual de rituales funerarios complejos y el sofisticado proceso de momificación artificial. Éste último, desarrollado 3000 años antes que la técnica en Egipto. Además, se destaca su notable adaptación para desarrollarse y mantenerse viva en uno de los desiertos más áridos del mundo (Atacama), según aseguró el secretario ejecutivo del expediente Unesco – Chinchorro, Sergio Medina.
“¿Qué hicieron estos expertos internacionales en rituales y prácticas de momificación? Nos verificaron que el Chinchorro, efectivamente, encierra una práctica cultural única en su expresión a nivel mundial. Esto, hasta las evidencias que tiene hoy día la ciencia”, concluyó el antropólogo que trabaja en la Universidad de Tarapacá.
Medina comentó que en el mundo hay alrededor de 980 sitios declarados patrimonio de la humanidad (cultural y natural). La mayor cantidad de esos sitios están bajo la titularidad de organismos como ministerios o gobiernos regionales, éste es uno de los pocos sitios que su gestión- liderada por la secretaria ejecutiva- está radicada en una Universidad pública y estatal, destacó.
“Este libro arrojó que hay pocos sitios que tienen tanta trayectoria de investigación que respaldan la postulación. No es el único que se debe completar. Tenemos un desafío en el corto y mediano plazo, de aquí a los próximos 15 meses, que nos van a permitir tener un panorama más completo para que el Estado se haga cargo de esta postulación. Quedan algunos desafíos pendientes en la puesta en valor de los sitios arqueológicos, en particular de Camarones y Faldeos del Morro, donde hay una iniciativa que busca regularizar la situación para que el Estado tenga manejo …considerando algunas propiedades que son privadas”, según advirtió el investigador.
Un esfuerzo que busca destacar este “testimonio de humanidad” pero aunque nos cita un aspecto difícil de nuestra existencia como es la muerte, busca un mejor manejo de este legado.
Recordando como sintetiza un poema en un museo de momias en Guanajato: “Como te ves me vi..como me ves te verás”.