Algunos días antes del plazo concedido por la Corte Internacional, que finaliza el próximo 14 de noviembre, Bolivia hará llegar la respuesta de las objeciones preliminares presentadas en el marco de la demanda marítima. La que busca que el tribunal declare que Chile está obligado negociar “de buena fe” con Bolivia un acuerdo pronto y efectivo. Y que le otorgue una salida plenamente soberana al Océano Pacífico. Para ello, nuestro país optó por cuestionar la competencia del Tribunal.
A pocos días de este paso, Máximo Quitral, historiador y politólogo del Instituto de Estudios Internacionales (INTE) de la Universidad Arturo Prat, advirtió que Chile sigue insistiendo con su lógica de negación, desmintiendo tener un problema con Bolivia. Esto podría traerle un revés en la Corte, aferrándose al Tratado de 1904, que zanjó las diferencias geopolíticas en su momento.
Sin embargo, afirmó el Magister en Estudios Internacionales, la política internacional de ambos países no se agota con ese tratado y un giro en La Haya podría incluir a otro vecino en el diálogo.
“Bolivia no está solicitando acceso al mar con soberanía, lo que está diciendo es que históricamente Chile ha tenido la voluntad de buscar una solución al encierro geográfico que han planteado, aludiendo a los llamados ‘actos unilaterales del Estado. Por lo tanto, si la Corte Internacional se declara competente le va a pedirá a nuestro país sentarse a negociar. Pero aquí aparece un tercer actor que está en la nebulosa: Perú. Si en algún momento la Corte de Justicia obliga a Chile, debe necesariamente incorporar a Perú. De esta forma, un problema bilateral se va a transformar, de inmediato, en un asunto trilateral”.
Máximo Quitral es autor del libro “Desafíos de una Agenda Bilateral” que ahonda en las diferencias políticas y los acercamientos entre Chile y Bolivia entre 1970 y 1990. En ese sentido, describió los métodos en que ha operado diplomacia nacional y crítico la forma en la que se ha hecho cargo del diálogo, lo que podría explicar la serie de demandas que ha recibido ante tribunales externos.
“Chile entendió que llegar a un acercamiento con los países vecinos era sólo por vía económica. Todo se resolvía económicamente y lo político debía quedar ausente. Para mi gusto, eso ha sido un error. Así, como no ha existido alta política, las consecuencias han sido evidentes y nos han llevado a Tribunales Internacionales. Por tanto, lo que está haciendo Chile es judicializar su política exterior y ausentar la política diplomática. Esto genera que ambos países generen una tensión extendida a lo largo del tiempo”, señaló el académico.
Para el también candidato a Doctor en Ciencia Política de la Universidad de San Martín en Buenos Aires, Argentina, una vía para frenar este grado de conflictividad es abordar consecuentemente el diálogo político regional.
“Aquí hay que construir agendas de integración no sólo entre Chile-Bolivia, sino también con Perú. Y así avanzar también a una agenda de integración latinoamericana, que me parece que está ausente de la discusión, al menos, plantada por la Cancillería”,
Igualmente añadió que se pueden ver contradicciones en la materia porque dentro del programa de Gobierno de Michelle Bachelet se planteó la integración. Pero se observa al Ministro del Interior, Heraldo Muñoz, ausente de los encuentros de Cancilleres de UNASUR, prefiriendo estar en Estados Unidos antes que entendiéndose con sus pares latinoamericanos. “Es importante dar señales y reforzar la lógica de la integración”, afirmó Quintral.
El analista sostuvo que esta distancia “le hace muy mal a la diplomacia chilena”, ya que nos pone como mal vecino y en una situación de “el chico malo del barrio”, como dijo en algún momento Álvaro García.
Para Quitral, al ubicarse en una supuesta “posición de superioridad”, nuestro país se ha tomado con mucha liviandad la posición de Bolivia, perdiendo capacidad de reacción y adelantamiento, lo que podría traer costos en esta nueva demanda internacional. Además, señaló que nuestra Cancillería es muy conservadora, no se ha modernizado y tampoco ha dado los pasos necesarios hacia la construcción de agendas para el desarrollo regional.