Que el precio del barril de petróleo bajara de los 80 dólares hubiese sido impensado cuando hace un año los precios del crudo rozaban los 120 dólares y se hablaba de una crisis alcista que, probablemente, no tendría punto de retorno.
Doce meses después, la situación internacional de precios es radicalmente distinta, y algunos analistas a plantear incluso que se viene un ciclo de precios bajos de este combustible, debido a la reducción de la demanda por parte de China y Europa, y del progresivo autoabastecimiento por parte de Estados Unidos.
¿Pero qué elementos están detrás de esta baja de precios?
En primer lugar, la caída de la demanda de crudo por parte de la Unión Europea, y especialmente desde China, la segunda economía más importante del mundo, han llevado a que en el mercado exista una sobreproducción que no encuentra interesados en adquirirla, lo que empuja los precios a la baja.
Otro motivo que explica el descenso del valor del crudo, tiene que ver con la progresiva autonomía que Estados Unidos está alcanzando en el abastecimiento de este hidrocarburo, lo que lleva a algunos analistas a plantear que el país del norte podría alcanzar en el mediano plazo el autoabastecimiento total de este recurso, prescindiendo del petróleo importado desde Medio Oriente.
Por contrapartida, el más importante productor de crudo en el mundo, Arabia Saudita, está llevando una decidida política de rebaja de los precios para contrarrestar el descenso de la demanda, lo que se traduce en que el valor del petróleo se hunde aún más. Es decir, todos están poniendo de su parte para que el mercado del “oro negro” siga mostrando índices rojos para quienes dependen de este producto.
Además, a diferencia de otras ocasiones, muchas de las naciones miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se resisten a recortar su producción como forma de enfrentar que el precio de su principal commodity siga bajando, tal como es el caso de Venezuela en nuestra región.
“Muchos de los países miembros de la OPEP no está en condiciones de bajar su producción porque necesitan el 100% de los ingresos, y más aún si el precio está bajando, por ejemplo el caso más importante en nuestra región como es Venezuela que está en una situación económica muy complicada, por lo que va a estar en contra de cualquier limitación a la producción de petróleo”, señala el analista internacional Raúl Sohr, quien cree que este ciclo a la baja no debería ser de larga duración.
Sin embargo, hay un factor que está incidiendo en el comportamiento de los precios del petróleo que es absolutamente novedoso en la ecuación que hasta hace un tiempo se debía resolver para establecer los valores del crudo. Es la nueva técnica de extracción de hidrocarburos no convencionales llamada fracking.
Este sistema consiste en realizar perforaciones de rocas a grandes profundidades, en donde se inyectan altas presiones de agua y químicos que destruyen estas rocas para liberar el llamado gas y petróleo de esquisto o shale and oil gas, el cual a diferencia del hidrocarburo que se extrae de manera regular, no ha migrado aún a las trampas petrolíferas, en donde se acumula a altas presiones las que se liberan cuando se realiza la perforación.
Estados Unidos es uno de los países que está llevando adelante con más fuerza estas extracciones del llamado hidrocarburo no convencional, lo que explica la progresiva autonomía energética que planteábamos antes que estaría alcanzando en la principal potencia. Y para algunos especialistas, otro de los objetivos que Arabia Saudita busca con la rebaja de precios, es desincentivar el uso del fracking para obtener combustible.
“Parte de la filosofía de la baja de precios en Arabia Saudita tiene que ver con desincentivar el uso del fracking en Estados Unidos, que es el país que más explotaciones de este tipo tiene. No obstante, creo que el resto del mundo seguirá sus pasos, de hecho Argentina tiene una de las reservas de shale gas más grandes del mundo sin explotar, pero no tengo dudas que comenzarán a hacerlo para lograr la autonomía energética, al igual que el resto de los países que ya tienen considerado utilizar este sistema”, señaló Joseph Ramos, economista de la Universidad de Chile.
El académico, agrega que de expandirse el uso del fracking al resto del mundo, los precios del petróleo podrían seguir en picada.
Ambientalistas rechazan uso de fracking
El uso de esta técnica de extracción de hidrocarburos genera críticas de parte de organizaciones medioambientales, quienes alertan sobre la gran cantidad de agua que se necesita para fracturar las rocas, la generación de gases tóxicos en medio de las faenas y que los químicos utilizados junto con el agua puedan contaminar los acuíferos.
Matías Asún, Director de Greenpeace Chile, plantea que si bien este gas de esquisto es menos nocivo que, por ejemplo el carbón, se estaría optando por el mal menor en materia de contaminantes, por lo que aboga por un giro decidido hacia energías limpias que realmente representen un cambio en las matrices energéticas de los países.
Similar opinión tiene el ambientalista Patricio Rodrigo, quien señala que la quema de estos combustibles provocan emisiones de carbono que influyen en el cambio climático y además que el fracking agravaría los fenómenos sísmicos por estar jugando con la geología del planeta.
No obstante las inquietudes de las organizaciones medioambientales, el uso del fracking ya se está aplicando en países como Argentina, que tiene una de las mayores reservas mundiales de estos hidrocarburos no convencionales, y en España se está estudiando la posibilidad de hacer participar en calidad de accionistas los dueños de los terrenos en que se desplieguen las faenas para extraer gas y petróleo de esquisto, a pesar que otras naciones europeas como Francia se han mostrado reacios a la aplicación de esta técnica.
Finalmente, los analistas proyectan que a largo plazo se puede producir el reemplazo del uso del petróleo como fuente principal de combustible, lo que haría caer aún más los precios, beneficiando a los países como Chile que debe exportar la mayor parte de sus recursos energéticos.