Pareciera innegable que el uso de la bicicleta como medio de transporte aumenta en el país. Grandes encuentros mensuales en Plaza Italia, mayor cantidad de ciclovías, iniciativas municipales e incluso altos funcionarios públicos que se trasladan en estos vehículos, son algunos de los impulsos que confirman el establecimiento definitivo de la bicicultura.
Pero ¿se están haciendo las políticas públicas necesarias para dar seguridad a las personas que ven a estos vehículos como medios de transporte?
Desde las organizaciones reconocen que se está avanzando, pero que aún falta mucho camino por recorrer y que es necesario incluir la opinión de los mismos usuarios. Además, el avance legislativo regula principalmente a los ciclistas y no tiene un enfoque múltiple que apunte a todos los que ocupan la calle.
Por ley, la bicicleta se debe regir por las mismas normas que el resto de los vehículos y debe transitar por la calzada, es decir en el mismo espacio que los automóviles, por lo que la convivencia entre las dos formas de transporte es esencial.
Ya ha habido iniciativas que buscan crear conciencia sobre esto. Meses atrás, la municipalidad de Providencia junta a la organización Pedaleable, lanzaron la campaña “Comparte la calle” que buscaba fomentar la educación vial entre peatones, ciclistas y automóviles.
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Pablo Lara director de la organización, explica que a pesar de haber más ciclovías, estas todavía no cumplen con un diseño estándar. Además dice que el desafío va más allá de los derechos de los mismos ciclistas.
“Desde nuestra plataforma nosotros quisimos enfocarnos en un espacio un poco más técnico, como en asesorar y apoyar en los diseños de estas nuevas infraestructuras que hoy en día se están requiriendo para que se puedan trasladar de un punto a otro y en forma segura los ciclistas que ocupan la bicicleta todos los días. Pero también nos interesa la relación que tienen los automovilistas con los peatones y el derecho que tienen los peatones, para desplazarse seguros. No es una lucha ciega por el derecho de las bicicletas a transitar por donde ellos quieran”.
Desde el gobierno, el subsecretario de Transportes, Cristian Bowen, aseguró que solo en Santiago se realizan cerca de un millón de viajes en bicicleta, de los que un 93 por ciento corresponden a motivos de trabajo u estudio (con un aumento del 700 por ciento desde 1991 a la fecha) por lo que existe una postura concreta respecto al fenómeno, que se estaría trabajando tanto en infraestructura como a nivel normativo.
“Estamos trabajando en infraestructura, estamos haciendo un plan de más de 190 km de ciclovías de alto estándar que vamos a construir a lo largo de todo Chile, que va a permitir aumentar significativamente la cantidad de kilómetros construidos y además estamos trabajando junto al ministerio de Vivienda y Urbanismo para generar un nuevo reglamento y manual de construcción de ciclovías, de tal manera de tener un estándar mínimo a lo largo de todo Chile, que permita dar seguridad y certeza a los ciclistas que circulan, que lo van a poder hacer de manera expedita, bien señalizada y sobretodo segura”, dijo.
Mientras que términos normativos, Bowen aseguró que ya habría terminado el proceso de consulta del proyecto que modificará la ley de tránsito que contempla, entre otras cosas, que si un automóvil adelanta a un ciclista debe mantener un espacio de distancia de 1,5 metros. También se le entregarán facilidades a las municipalidades para disminuir la velocidad en calles que lo requieran.
Las medidas deberían ser tomadas con celeridad, ya que según los datos de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) durante el 2013 hubo 124 ciclistas que fallecieron a causa de accidentes de tránsito, superando a los usuarios de motocicletas y buses (ver datos)
Los siniestros no han pasado inadvertidos, y han resultado en el surgimiento de grupos, como Ciclistas con Alas, que siguiendo la voluntad de los familiares de las víctimas instalan bicicletas pintadas de color blanco en los lugares donde haya ocurrido un hecho fatal, además de subrayar las causas del accidente, como la imprudencia o conducción bajo los efectos del alcohol.
Desde una perspectiva de género, la organización Mujeres Arriba de Cleta (Macleta), calcula que un 32 por ciento de las personas que se trasladan en bicicleta son mujeres, por lo que imparten talleres para capacitar sobre la conducción en la calzada con el fin de incentivar a que más de ellas se atrevan a salir a pedalear por las calles.
Patricia Vargas, coordinadora de la agrupación, asegura que en términos generales Santiago sería una ciudad segura para bibicletear, sin grandes pendientes. Reconoce que ha habido avances pero que aún quedan algunos detalles que mejorar. Por otro lado también proponen que, antes de la infraestructura, se debe partir por moderar la velocidad con la que pueden transitar los vehículos motorizados.
“Una de las primeras acciones que deben tomar los gobiernos locales o el gobierno central es disminuir la velocidad. Ese es el primer cambio que podríamos identificar para que más ciclistas anden por las calles.
Uno de los errores que se siguen cometiendo en materia de ciclovía en particular por ejemplo en Ricardo Lyon es que sea bidireccional en una calle unidireccional, eso ya reviste cierto riesgo para todos los ciclistas que estamos transitando por ahí”, puntualizó.
El Manual de Recomendaciones para el Diseño de Infraestructura Vial para Bicicletas será lanzado durante el mes de abril de 2015 según informó el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu).