Se inició el proceso de la PSU 2014. En medio de la inauguración de la actividad académica, el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, confirmó que el sistema de ingreso a la universidad perpetúa las desigualdades sociales.

Preguntado por Radio Universidad de Chile, el secretario de Estado volvió a resaltar la importancia del fortalecimiento de la educación pública para lograr corregir las desigualdades del sistema: “Sabemos que lo que está determinando es la condición o el contexto económico en el que ellos se desarrollan”

Por su parte, el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, hizo un llamado para fortalecer la educación pública y aminorar el impacto que tendrán los resultados de la Prueba de Selección Universitaria.

La defensa del rol público que debe tener la educación, surge en medio de la rendición de la PSU que realizan 283 mil estudiantes.

El Rector reiteró que de no modificarse la actual estructura formativa en el modelo educativo, serán los de siempre quienes lleguen a dirigir los destinos de la nación: “Es por eso que, la única forma en el mundo, en que eso pueda ser reconvertido es una muy fuerte educación pública. Por eso, es el gran desafío, volver a fortalecer el sector para que dé una verdadera equidad, que disminuya esta desigualdad. Mientras no hagamos un esfuerzo en ese sentido, probablemente, los profesionales de Chile van a seguir saliendo del cinco o diez por ciento de los mejores colegios del país”.

Desde la mirada de los estudiantes, la Prueba de Selección Universitaria debería formar parte de la Reforma Educacional y por ello el vocero de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios, Ricardo Paredes, espera una señal de las autoridades y avanzar a un modelo que no replique la desigualdad de origen, señaló.

“Si no se toca la PSU en esta Reforma Educacional, será una reforma a medias. Por tanto, hoy en día, se está rindiendo una prueba que podemos intuir cuales van a ser los resultados”

Mientras el Consejo de Rectores busca cambios, como el  no descuento de preguntas malas o el ranking de notas, los estudiantes secundarios esperan una reforma que dé un giro a las pruebas estandarizadas que sólo replican la desigualdad social.