En el marco de los 10 años de la creación de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de las Américas, más conocida como Alba, se dieron cita en la Habana, Cuba, los países integrantes de este organismo multilateral, que además del anfitrión, incluye a Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua entre otros.
La Alianza fundada por Hugo Chávez y Fidel Castro en 2004 y que se propuso como objetivo luchar contra la pobreza y la exclusión social, ha ido perdiendo dinamismo según los analistas, esto, tanto por la pérdida de la energía que le transmitían las figuras de los ex presidentes de Venezuela y Cuba, como por la crisis en el precio del petróleo, piedra angular de intercambio en la organización.
A pesar de que en el encuentro se integraron dos nuevos países (Granada y San Cristóbal y Nieves) para el académico y experto en geopolítica de la Universidad del Desarrollo, Jorge Sanz, la Alianza tendría fecha de expiración, debido a la falta de recursos que haría perder interés del resto de las naciones.
“La cercanía de los países respecto de ALBA empieza a disminuir porque recursos no hay y lo único que va quedando es la ideología, pero la ideología no aporta mucho para comer. Yo creo que se va a ir terminando en el tiempo como muchos otros productos y procesos de integración que ha habido en América Latina y van cambiando de nombre, el Pacto Andino, la Comunidad Andina y los otros se van desahuciando”.
A diferencia de Sanz, la cientista política de estudios latinoamericanos, Francisca Quiroga, destacó que Alba ha tenido más progresos que otros organismos, generando discursos e instalando temas, por ejemplo, en el marco de la OEA. Si bien reconoció que en la actualidad se encuentra con menor visibilidad y con problemas a causa del bajo precio del petróleo, la Alianza seguiría activa con fuertes lazos políticos.
“Hoy en día uno ve que hay votaciones en el marco de la OEA, UNASUR y en otros organismos donde sí tiene un discurso común, eso no se ha perdido, y ahí es donde yo creo que esta el potencial de este espacio pero que claramente tiene que redefinir y proyectar pensando ya en 10 años de servicio y vigencia”.
Desde la creación de Alba en 2004, se acoplaron paulatinamente otros países. En 2006 se unió el Estado Plurinacional de Bolivia; en 2007 Nicaragua y, San Vicente y las Granadinas; durante el 2008 la Mancomunidad de Dominica; en 2009 Antigua y Barbuda junto a Ecuador; el 2013 Santa Lucía y finalmente este año Granada, además de San Cristóbal y Nieves; dándole un perfil del “caribeño” a la organización.
Un motor de petróleo
La baja en el precio del petróleo se ha planteado como el talón de Aquiles para Venezuela que, con el barril a 70 dólares, deja de percibir 18 mil millones de dólares al año, perjudicando su economía, sin ser capaz de cubrir su deuda externa y financiar el proceso de integración bolivariana.
Cuando se creó el ALBA, la transferencia de petróleo hacia Cuba con descuentos y facilidades fue la principal característica de la organización, que también intereso a otros países y se ha criticado que en Nicaragua, por ejemplo, que los subsidios de Venezuela han sido mal administrados pasando a manos de particulares, levantando acusaciones de corrupción y falta de transparencia.
Francisca Quiroga, no tiene dudas de que existe opacidad en todos los organismos internacionales ya que el tema del financiamiento es clave.
“Eso genera poder e influencia. Por ejemplo en el marco de la OEA es reconocible cuando hay una crítica profunda a ciertas determinaciones que están directamente relacionadas a quienes financian a la OEA. Por eso hay que tener cuidado cuando se quiere construir un discurso de que el ALBA es poco transparente”.
En este mismo contexto se levantan también las sospechas de la manipulación de precios que estaría manejando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), donde se aprovecharía la coyuntura de excedentes de la producción para llevar los precios al nivel más bajo posible, dañando a Rusia, Irán, Venezuela y Ecuador, estos dos últimos pertenecientes a ALBA y pilares de la organización. Por esto los conflictos que se puedan generar al ventilarse los subsidios de Caracas a posibles actos de corrupción solo aumentaría el malestar interno del gobierno de Maduro.
Sanciones, apoyo e integración
Uno de los temas que sonó fuerte en la Cumbre fue el rechazo de los países integrantes a las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela, a causa de supuestas violaciones a los derechos humanos en las protestas contra el Gobierno a principios de año, aumentando la sensación de inestabilidad entre ambas naciones.
Para muchos la medida estadounidense tiene un doble estándar y carece de moral cuando la nación del norte se visto involucrada en históricos atropellos contra la humanidad incluida la desestabilización de otros países.
A pesar de lo anterior la profundidad de las medidas fue desestimada por el analista internacional Raúl Sohr, quien sostuvo que no son más que un discurso del sector conservador estadounidense para la “galería doméstica”.
“No son sanciones muy drásticas, son un grupo relativamente pequeños de funcionarios a los cuales se les quita el derecho de una visa para viajar a Estados Unidos y congelamiento de algunos depósitos sin que esto realmente afecte a Venezuela. Es más bien una forma de solidarizarse de la derecha norteamericana que ahora tiene una buena posición en el parlamento en términos de correlación de fuerzas, para hostilizar lo que consideran un régimen que es antinorteamericano y que dificulta su diplomacia en la región”.
Esto llevaría también a pensar en el juego político que se establece entre las disputas internacionales, para tener un enemigo externo y fortalecer las ideologías internas, los conflictos con Estados Unidos le dan votos a Maduro, como el defensor anti yanqui, mientras que a la inversa la Casa Blanca se maquilla como protectora de la “libertad”, todo esto mientras entre Venezuela y Estados Unidos, más allá de las diferencias, existe un gran intercambio comercial en base al petróleo.
La cumbre del ALBA también solidarizó con Cuba y el bloqueo que Estados Unidos ha perpetuado a la Isla. En la ocasión todos los representantes tuvieron alguna palabra de apoyo, como el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega quien aseguró que “Estados Unidos debe entender que hay que suspender el bloqueo en contra de Cuba y normalizar las relaciones con esta nación”.
Además se hizo un llamado a la integración, con condiciones preferenciales de cooperación, como factor clave para la subsistencia de la organización.
Mientras el vicepresidente de Ecuador Raúl Glas, enfatizó que en la “integración es el camino”, Raúl Castro, presidente de Cuba dijo que esta postura ha sido demostrada por con los hechos durante los diez años de vida de la organización.