Terrorismo de “lobos solitarios” desafía la seguridad de los gobiernos occidentales

Los ataques terroristas perpetrados por hombres solitarios adherentes al Estado Islámico en Australia y Canadá, que han provocado la muerte de personas inocentes en ciudades occidentales, ponen en jaque los sistemas de seguridad de los gobiernos que, hasta ahora, estaban más preparados para enfrentar organizaciones que individuos.

Los ataques terroristas perpetrados por hombres solitarios adherentes al Estado Islámico en Australia y Canadá, que han provocado la muerte de personas inocentes en ciudades occidentales, ponen en jaque los sistemas de seguridad de los gobiernos que, hasta ahora, estaban más preparados para enfrentar organizaciones que individuos.

Los países desarrollados, cuyo denominador común es apoyar acciones de intervención militar en Medio Oriente, están siendo víctimas de un nuevo tipo de terrorismo, donde espacios públicos y privados se han visto atacados por individuos solitarios, quienes gracias al factor sorpresa causan miedo en una población civil poco habituada a este tipo de actos.

Los últimos ataques perpetrados en ciudades de países occidentales, son protagonizados por individuos que adhieren a los principios del Estado Islámico, que opera en Irak y Siria, grupo que asombra al mundo por la violencia de sus acciones, por ejemplo, con la ejecución de periodistas de EE.UU. e Inglaterra.

En este contexto, basta recordar el episodio que ocurrido el 23 de octubre pasado, cuando un hombre en solitario atacó el Parlamento de Canadá, en la ciudad de Ottawa, poco después de abatir a un soldado que resguardaba el National War Memorial.

En esa oportunidad y luego de varias horas de suspenso las fuerzas policiales de ese país lograron abatir al hombre identificado como, Michael Zehaf-Bibeau, un canadiense de 32 años con antecedentes penales por drogas, convertido al islam y procedente de Quebec.

El otro hecho de características similares sucedió este lunes en la ciudad de Sidney, Australia, cuando otra vez un hombre solo tomó de rehenes a 17 clientes de una cafetería emplazada en el centro de la ciudad.

El secuestrador, fue identificado como Man Haron Monis o jeque Haron, un autoproclamado clérigo musulmán de origen iraní, perteneciente a la línea dura y con antecedentes por violencia, que habría protagonizado varias protestas en Australia contra la intervención militar en Afganistán.

El ataque dejó tres muertos, el secuestrador y dos rehenes, y cuatro resultaron heridos cuando la policía australiana intervino para liberar a las personas retenidas. Según el Director del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile, Hugo Fruhling, este tipo de acciones complica a las policías, porque se trata de ciudadanos que pertenecen a minorías muy pequeñas que se sienten oprimidas o estigmatizadas y que actúan por las vías de hecho.

Surge entonces la pregunta de cómo los Estados occidentales abordarán la prevención de estos ataques terroristas en solitario, que dejan una sensación de una alta inseguridad en la población.

“Se protegen en primer lugar intercambiando información respecto de personas peligrosas o que han sido detenidas en otros lugares mediante la cooperación internacional con países amigos, haciendo un seguimiento respecto de las organizaciones que parezcan anti sistémicas, y que además busquen realizar acciones armadas o delictuales”, explicó.

En esa misma línea, el analista internacional Guillermo Holzmann, puntualizó que el denominado terrorismo islámico es una muy pequeña parte de quienes profesan la religión musulmana, enfatizando que no representan al mundo musulmán en su religión, y señaló que desde el atentado a la Torres Gemelas en 2001 se ha producido una evolución del terrorismo con la aparición en la actualidad de los “lobos solitarios”, que serían los casos de ocurridos en Canadá y Australia.

Sin embargo, Holzmann se detuvo en el hecho de que habría alguna forma de reclutamiento de los atacantes, mencionando el caso que se ha conocido este martes en España y Marruecos, donde queda en evidencia la punta de la hebra de cómo reclutan a los activistas.

El analista explicó que en primer lugar se hace el enganche de las personas, luego hay una profundización con ellos y después se realiza una selección para determinar quién puede sumarse a la cruzada yihadista, colocando como ejemplo el caso del Estado Islámico, que es muy activo en la captura de occidentales para luego introducirlos dentro de los países respectivos, transformándolos en una especie de arma para sus intereses.

En cuanto a los mecanismos de defensa de los gobiernos ante este tipo de terrorismo, el especialista internacional indicó que “en la lógica de los servicios de seguridad una vez que ha detectado a las personas que podrían estar involucradas, ya sean de origen musulmán o no, se les hace un seguimiento para determinar el grado de riesgo que eso significa. En el caso de Australia es muy probable que haya toda una crítica de por qué este individuo iraní que estaba desde 1996 en el país, no estaba sindicado como riesgoso y cuál fue el error que se cometió en el análisis que se hizo de su perfil para no tenerlo en esa categoría”, explicó.

Pese a la lejanía geográfica de nuestro país a este terrorismo globalizado, este martes se conoció la información de que una chilena fue detenida en España bajo el cargo de formar parte de una red de reclutadores para la organización yihadista Estado Islámico en el frente sirio-iraquí.

Según el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy se trata de una mujer que habría abandonado el país cuando tenía 16 años, presumiblemente junto a sus padres. Luego se conoció que se trataba de la joven de 25 años, identificada como Francis Carolina Peña Orellana.

El gobierno chileno ha evitado entregar mayores detalles, debido a que el juez que lleva adelante la investigación decretó que las diligencias sean secretas.





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