El Papa Francisco condenó este jueves la presecución a cristianos en países como Irak y Siria y los abusos que sufren menores de edad, en el marco de su mensaje Urbi et Orbi.

“Hay verdaderamente muchas lágrimas en esta Navidad junto con las lágrimas del Niño Jesús”, dijo el Sumo Pontífice en la Basílica de San Pedro, cuestionando que en Nigeria demasiadas personas son “retenidas como rehenes o masacradas”.

Francisco además criticó que tantos niños sean “víctimas de la violencia, objeto de tráfico ilícito y trata de personas” y deploró el aborto al recordar a los niños “muertos antes de ver la luz”.

Asimismo, se refirió a Ucrania y llamó a “vencer el odio y la violencia y emprender un nuevo camino de fraternidad y reconciliación”.

Además, condenó la “persecución brutal” de la que son objeto “nuestros hermanos y hermanas de Irak y Siria”, junto a otras comunidades étnicas y religiosas.

Finalmente, Francisco solidarizó con las víctimas del ébola, especialmente en Liberia, Sierra Leona y Guinea, y agradeció “de corazón a los que se están esforzando con valentía para ayudar a los enfermos y sus familias”.