Organismos internacionales, embajadas y ONGs, convocaron a la tercera versión de la actividad que conmemora el Día de Acción contra la Trata de Personas denominado “Haciendo Visible lo Invisible”.

En esta edición los organizadores se enfocaron en abordar cómo identificar a las víctimas de estos delitos, que es la primera parte del proceso que implicaría abrir la puerta para facilitar la asistencia a las víctimas y también a la persecución del delito.

Al mismo tiempo, en el encuentro se abordó la necesidad de que las victimas tengan a su disposición los recursos necesarios para tener una reparación y además que cuenten con un apoyo psicológico.

Preliminarmente, los lugares donde se detectan la mayor cantidad de personas que sufren este delito, según sostuvo Sonia Lahoz, representante de la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU, son las que están vinculados al comercio en locales nocturnos, la minería y el trabajo doméstico, donde se cometen delitos de connotación sexual que son difíciles de constatar.

Con estos datos, Sonia Lahoz identificó lo que sucede en nuestro país con respecto a las trata de personas: “Chile es un país de origen, tránsito y destino de víctimas. Es decir hay víctimas chilenas que están siendo y que han sido explotadas en el exterior, es un país de paso muchas veces para ir a Argentina o a otro país, y también evidentemente es un país de destino de víctimas de trata. Lo que vimos en los resultados es que es más fácil identificar a las víctimas que están siendo explotadas aquí que las victimas que están en tránsito”, explicó la experta.

También la representante de la Organización Internacional para las Migraciones comentó sobre el segmento etario que es más afectado por este delito en nuestro país: “En general se dice que el tipo de trata interna con nacionales es con niños y niñas y adolescentes, y no con adultos. Mientras que la trata internacional es más común con adultos”, puntualizó

Sonia Lahoz concluyó explicando que los grupos más vulnerables son los indocumentados, jóvenes que escapan de sus casas y las personas en situación de pobreza, quienes son retenidas por medio de la intimidación, el no pago de sus salarios, la retención de sus documentos de identificación, la agresión física o sexual, y la privación de las necesidades básicas como alimento, agua y cuidados médicos.

De esta manera Chile se convierte en “un país de origen, tránsito, destino de hombres y mujeres y niños víctimas de la trata de personas con fines de explotación sexual o trabajos forzados”, según indicó el informe sobre Trata de Personas del Departamento de Estado de Estados Unidos elaborado en 2014.