Como un “provechoso intercambio de opiniones” sobre la cuestión migratoria fue calificada la primera ronda de conversaciones entre Estados Unidos y Cuba, luego de que se volvieran a acercar estos dos países liderados por Barack Obama y Raúl Castro respectivamente.
La reunión se inició a puertas cerradas hacia las 9 horas (Cuba) en el salón del Palacio de Convenciones de La Habana donde la representación cubana estuvo encabezada por la directora para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores Josefina Vidal Ferreiro, mientras que la parte estadounidense estuvo a cargo del secretario asistente adjunto para América latina del Departamento de Estado, Alex Lee.
Los principales temas planteados por Cuba fueron sus reparos a la Ley de Ajuste y a la norma pies secos- pies mojados, esta última, utilizada por Estados Unidos para devolver a la isla a todos aquellos migrantes que sean interceptados por mar. Gustavo Machín, segundo al mando en la delegación cubana, aseguró que “organizar una migración segura entre Estados Unidos y Cuba” depende de revisar o al menos cambiar esos mecanismos.
A pesar de no haber definido nada en particular, para ambas partes la reunión fue productiva. Macín declaró que “al menos hemos acordado que estamos en desacuerdo sobre algunos temas”, mientras que la contra parte estadounidense, Alex Lee tuvo un tono similar.
“A pesar de las claras diferencias que siguen existiendo entre nuestros países, los Estados Unidos y Cuba pueden encontrar oportunidades para promover nuestros intereses compartidos mutuamente , así como entablar un diálogo respetuoso y reflexivo”, dijo ante la prensa.
Para mañana, esta programado abordar directamente la agenda para restablecer las relaciones diplomáticas rotas en 1961. Los dos temas que preocupan particularmente a La Habana son el embargo y la permanencia de Cuba en la lista estadounidense de países que patrocinan el terrorismo, lo que priva a la isla de créditos internacionales.
Washington dijo que la revisión de la lista “está en proceso” y que Cuba podría ser retirada antes de la reapertura de embajadas. Sin embargo, advirtió que mantendrá su compromiso con los derechos humanos en la isla.