Desde el año 2009 se gestiona el proyecto de restauración de moáis, por parte de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), la Escuela de Artes Aplicadas, e instituciones de Isla de Pascua; ante el deterioro de las estructuras megalíticas por los líquenes, simbiosis de hongos, bacterias y algas que corroen la piedra, produciendo su levantamiento y futuro deterioro.
La instancia contempló un primer proceso de capacitación de personas residentes en la isla, para cooperar en las labores. Desde ese momento, el proyecto ha dado resultados positivos siendo restaurado en junio de 2014 el primero de ellos, denominado por la tradición como Ature Huke. A fines de este mes será entregado el segundo llamado A Vere, ambos ubicados en el Parque Nacional Rapa Nui.
Para Irene Arévalo, coordinadora del proyecto de conservación preventiva para la protección de estos monumentos en roca, la participación de la ciudadanía ha implicado un trabajo arduo.
“El patrimonio Rapa Nui es súper sensible para la comunidad y ellos siempre permanece atentos sobre lo que se hace, por lo tanto hay que tomar todas las precauciones del caso, es decir involucrarlos, tomar en consideración sus opiniones y realizar labores de difusión. Es complejo y hay que tomar varias medidas, porque siempre que comenzamos un nuevo procedimiento es como si fuera la primera vez”, señaló.
La intervención considera cuatro fases en dos meses. Primero se realiza la aplicación de un biosida que tiene un efecto nocivo sobre los líquenes. Luego se realiza la extracción mecánica para posteriormente utilizar el consolidante. Finalmente, a los 15 días de realizada esta acción se aplica un hidrorepelente.
La experta explica que “esto impide el ingreso de agua en estado líquido a la roca, pero permite la circulación de vapor. Al suceder esto no se acumula humedad en su interior, y al no existir humedad los líquenes no sobreviven. Con el paso del tiempo se revisa si la acción del hidrorepelente sigue activa, si no es así se aplica nuevamente el sellante”.
Si bien el costo del tratamiento es alto, para la también conservadora de Conaf, esto es parte de una política necesaria ya que son patrimonio de la humanidad.
“Es súper importante comprender que las intervenciones de conservación de patrimonio histórico, patrimonio arqueológico tienen que ver con el rescate del contexto cultural de una sociedad. Nosotros estamos definidos con lo que viene detrás y con lo que haremos hacia adelante, nosotros construimos patrimonio cada día, pero lo que hay hacia atrás es la base de una civilización, de la sociedad, es lo que nos ha definido, lo que nos identifica y finalmente es un recordatorio de lo que hemos hecho”, señaló.
Cabe señalar que dentro de la isla son más de 700 moáis los que esperan ser conservados, sin embargo no alcanza el presupuesto, ya que el procedimiento es muy caro. Para la experta lo ideal sería restaurar uno por año, pero hay que esperar el financiamiento, de todas maneras se encuentran optimistas, ya que en lo próximo hay dos moáis más que serán rehabilitados.