El clima de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela podría dar un giro hacia el diálogo, luego de que el martes los países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), reunidos en Caracas, expresaran el respaldo al gobierno de Nicolás Maduro y su intención de propiciar un acercamiento entre ambos países.
En una declaración conjunta, el ALBA pidió al Presidente Barack Obama derogar la acción ejecutiva que declaró a Venezuela como amenaza a la seguridad nacional estadounidense y agregan que “respaldamos inequívocamente a Venezuela en la defensa de su soberanía e independencia”.
El Presidente de Cuba, Raúl Castro sostuvo, durante su intervención en la cumbre del ALBA su férreo respaldo al gobierno venezolano y dijo que su país no cederá ni un paso en la defensa de la soberanía e independencia y que no se tolerará ninguna injerencia en los asuntos internos de las naciones.
“Respaldamos la posición digna, valiente y constructiva del presidente Nicolás Maduro, quien no ostenta la gravedad de la amenaza, ha tendido la mano al presidente de los Estados Unidos para iniciar un diálogo basado en el derecho internacional y el respeto mutuo, que conduzca a la derogación incondicional de la orden ejecutiva del presidente Obama y a la normalización de sus relaciones”, señaló Castro.
El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, señaló que el ALBA y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) están analizando un documento dirigido a Estados Unidos como respuesta al decreto de emergencia nacional que emitió contra Venezuela.
Ricardo Patiño indicó “queremos decirle a Estados Unidos que está cometiendo un grave error” y se preguntó que “si Venezuela es una amenaza para ese país, ¿por qué otro de nuestros países no lo es?”, cuestionó el canciller ecuatoriano.
El canciller recordó que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) emitió un documento en rechazo a la medida ejecutiva de Obama al igual que el ALBA y solo están esperando el comunicado de la Celac para mediar con las autoridades de EE.UU. para que deroguen la sanción y vaya al dialogo con Venezuela.
Cabe recordar que el conflicto diplomático entre EE.UU. y Venezuela se agudizó el 9 de marzo cuando el gobierno estadounidense decidió congelar los bienes de siete funcionarios venezolanos y declarar al país latinoamericano una amenaza extraordinaria para la seguridad nacional.
El gobierno de Barack Obama emitió las medidas días después que el mandatario venezolano acordó reducir el personal de la Embajada de Estados Unidos en Caracas y la exigencia de visa para los turistas estadounidenses.
El analista internacional Raúl Sohr, consideró que la decisión estadounidense produjo un claro deterioro de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos, lo cual, según Sohr, despertó cierta inquietud y malestar en los países de la región.
“Hay desconcierto ¿Por qué Estados Unidos adoptó esa medida en un lenguaje tan desmedido, al decir que Venezuela se ha transformado en una amenaza para nuestra seguridad nacional? Si el lenguaje significa algo y designa fenómenos concretos, nadie entiende de qué están hablando, cuál es la amenaza que Venezuela puede representar en este momento, que es un momento de debilidad para el estado venezolano. Qué amenaza puede representar para la seguridad nacional de EE.UU. Y si lo fuera tendrían que explicarlo”, afirmó.
Raúl Sohr consideró poco probable que EE.UU. acoja la petición de los cancilleres del ALBA de derogar el decreto, en primer término porque el país del norte adoptó la medida de manera unilateral, estimando que los estadounidenses no estarían abiertos a presiones, ni menos de cancilleres de países aliados de Venezuela.
El académico del Instituto de Estudios Internacionales (IEI), Gilberto Aranda, señaló que el respaldo que recibió Venezuela se entiende en el ámbito de ALBA, en el sentido que es el sostén internacional más relevante para ese país, añadiendo que las declaraciones del canciller ecuatoriano son interesantes porque plantea la posibilidad de encontrar un acercamiento entre ambos gobiernos.
El docente explicó que el gobierno estadounidense se encuentra en una doble postura respecto de Latinoamérica. De un lado una posición más flexible con la reapertura de relaciones diplomáticas con Cuba y una postura más dura y hermética enfocada en Venezuela.
“Yo leo el llamado de este grupo de cancilleres que exhorta a un diálogo, también como un intento de flexibilizar posiciones a Washington, y en lo básico que siga un derrotero no muy lejano a lo que está propiciando en el Caribe respecto de Cuba”, indicó.
Sin embargo, el experto en temas latinoamericanos sostuvo que el llamado al dialogo no es suficiente para resolver el clima de confrontación entre ambos países, indicando que debiera existir una complementación respecto de situaciones internas que vive Venezuela.
El Presidente Nicolás Maduro señaló que su gobierno está dispuesto a conversar con Washington para entablar relaciones de respeto y amistad.