Expertos afirman que la Iglesia Católica ha dado un giro durante el pontificado del Papa Francisco. Más allá del caso del obispo Juan Barros y su nombramiento como máxima autoridad eclesiástica de Osorno, a pesar de las acusaciones que lo involucran en los abusos cometidos por el ex párroco de El Bosque Fernando Karadima, la duda es cuánto podrá avanzar frente a la sólida posición que el clero conservador construyó en la región durante décadas, con el apoyo de los dos antecesores del actual pontífice.
El último nombramiento de obispos del Tercer Mundo y las visitas programadas por el Papa Francisco para este año y el próximo a Latinoamérica, con mediación en conflictos entre naciones, es interpretado por expertos y teólogos como un evidente giro progresista y comprometido con la realidad actual de la Iglesia Católica.
En esa misma dirección, la próxima beatificación después de décadas de monseñor Óscar Arnulfo Romero, asesinado por la ultraderecha salvadoreña en 1980, es visto como una renovación de su mensaje. “La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación”, afirmó el obispo salvadoreño en 1977.
Al respecto, para la vocera de Voces Católicas, Andrea Valdivieso, la Iglesia Católica sin tintes políticos siempre ha estado del lado de los pobres y oprimidos, es decir, su misión no ha cambiado. Así, para ella más que instalar una iglesia progresista, el Papa Francisco destaca por ser el primer latinoamericano elegido en toda la historia de ese credo.
A juicio de Valdivieso, Francisco “quiere aportar a Roma la sensibilidad social particular que tiene el latinoamericano. Recordemos que los anteriores papas habían sido todos europeos, italianos, el polaco Juan Pablo II y el alemán Benedicto XVI. La realidad de la Iglesia Latinoamericana, con sus particulares características, estaba ausente, entonces, es una visión nueva, fresca para la Curia y para el Vaticano”.
El 40 por ciento de los adherentes al catolicismo en el mundo son latinoamericanos. En base a esto, la vocera de Voces Católicas indicó que con las señales del Papa Francisco los laicos también han tenido una nueva motivación.
Sergio Torres, teólogo y profesor del Instituto Alfonsiano, coincide en que algunas personas tenían la percepción de que la Iglesia Católica era muy estricta o rígida en sus estructuras oficiales, por lo que se alejaron de la institución, pero el Papa Francisco, con su estilo y testimonio personal, ha hecho que muchos se reencuentren con la fe.
En consecuencia, el teólogo sostiene que el polémico nombramiento del obispo chileno Juan Barros en Osorno, no perjudica la relación con la Santa Sede ni afecta la labor del Papa en América Latina, donde hay conflictos mayores en los que el pontífice se ha jugado, como la violencia en México o el nuevo trato entre Cuba y Estados Unidos.
Sin embargo, Torres advirtió que con la beatificación de monseñor Romero en mayo, el Papa sí ha desafiado el conservadurismo dentro de la Iglesia Católica, que en su momento se vio influenciada por la época donde Ronald Reagan y Margaret Thatcher consolidaron su poder, formando junto a Juan Pablo II un trío conservador de enorme influencia planetaria. A su juicio “el proceso de consolidación del neoliberalismo afectó también a la Iglesia y sectores episcopales, de algunos grupos de la Curia Romana que por miedo y falta de decisión, se paralizaron. En ese sentido, la virtud del Papa Francisco ha sido atreverse a enfrentar las dificultades y proclamar que monseñor Romero debiese ser colocado como ejemplo para los cristianos”.
Por su parte, el teólogo Álvaro Ramis advirtió que los cambios propuestos por el nuevo Papa encuentran una fuerte resistencia en el Episcopado ya establecido, teniendo como enclaves instituciones cuestionadas como los Legionarios de Cristo y la Pía Unión Sacerdotal de Fernando Karadima, los que han operado para que no se haga justicia en casos de abusos ni se produzcan cambios, anteponiendo sus tramas de poder.
Para Ramis, “el cuestionamiento (del Papa) a normas tradicionales, como que los divorciados no puedan volver a comulgar o una doctrina social de la Iglesia renovada, tal como la comisión de estudio sobre los abusos del Clero en el campo sexual y de poder, han sido un vendaval de aire fresco que ha renovado a la Iglesia, pero falta que esos aires lleguen a Chile, porque el Episcopado chileno en su gran mayoría no asume esas orientaciones”.
Ramis concluyó con que en general los episcopados latinoamericanos no han asumido el cambio operado en Roma, pero, por otra parte, hay una Iglesia Católica viva en las congregaciones y parroquias de base, donde la llegada del Papa Francisco ha supuesto la legitimación de sus prácticas y una nueva carta de ciudadanía que vincula la fe con la justicia.