Fueron al menos cinco los minutos que los jugadores de Ñublense debieron jugar sabiendo que ya no había nada que hacer. Cuando todavía restaba el tiempo agregado en el Nelson Oyarzún de Chillán, en Rancagua y Arica ya se había sentenciado su suerte: Antofagasta igualó 2-2 con O’Higgins y San Marcos goleó 3-0 a Audax Italiano.
Fueron cinco minutos crueles, porque la gente que repletó el estadio en Chillán se tomaba la cabeza con las manos comenzaba a enfilar hacia la salida. Los menos resignados siguieron alentando, acaso para no tener que enfrentar lo que se les venía encima. Fueron cerca de diez mil personas que vieron cómo el equipo de Fernando Díaz dio vuelta un marcador que siempre estuvo adverso, pero igual terminó entre lágrimas.
Gustavo Cristaldo (6’) y Santiago Barboza (60’) adelantaron en dos ocasiones a los loínos, que buscaban una victoria que alimentara la apelación ante el fallo que los condenó a la Primera B y, de paso, arrastrar a los locales a la segunda categoría. Pero los chillanejos no se rindieron: Jonathan Cisternas (31’), Matías Riquero (64’) y Boris Sagredo (67’) alimentaron la ilusión de permanecer en Primera, mancillada por el penal que Sebastián Varas echó afuera, cuando se jugaban 50 minutos.
El partido se encendió antes de que la pelota comenzara a rodar, porque jugadores y cuerpo técnico de Cobreloa no disimularon su enfado por la denuncia de Ñublense, que provocó el dictamen que los sentenció a descender. Primero, los once titulares se saltaron el saludo protocolar. Luego, Miguel Sanhueza vio la tarjeta roja por una descalificadora patada sobre Sagredo. Apenas había pasado media hora y el siempre iracundo Marco Antonio Figueroa se fue expulsado por reclamar en forma airada: encaró al juez Roberto Tobar , entró a la cancha, lo contuvieron sus propios jugadores y hasta tomó un micrófono ambiental del CDF para enviarle un mensaje a la dirigencia chillaneja: “Kiblisky, eres una rata”, dijo al borde del campo de juego.
Al final, tanto los hinchas locales como los naranjas terminaron entre lágrimas, entonando algún cántico que ahogara un drama sentenciado lejos o muy lejos, a cientos o miles de kilómetros hacia el norte.
En Rancagua, Antofagasta obtuvo un empate que vale una temporada más entre los grandes. Aunque Sebastián Pinto abrió la cuenta (10’) , Gerson Martínez (28’) y Rodrigo Riquelme (57’) anotaron para los nortinos, que terminaron firmando un empate por conveniencia: un cabezazo de Braulio Leal, en el minuto 60, puso un 2-2 que además metió a los celestes en la postemporada para llegar a Copa Sudamericana.
Mucho más al norte, en el Carlos Dittborn, San Marcos de Arica daba cuenta de Audax Italiano con un cómodo 3-0., construido en el segundo tiempo. Dos goles de Emilio Rentería (46’ y 50’) y uno de Kevin Harbottle (89’) aseguraron la permanencia de los locales, que también podrán optar a la Sudamericana.
Así fue el desenlace de la siempre emocionante –para los imparciales- y trágica .para los involucrados- lucha por no caer a Primera B. Con cinco minutos de fútbol inútil y con un estadio colmado por hinchas enfrentados por la rivalidad, pero hermanados en la desazón.