Como era de esperar, tras el mal desempeño semanal de la economía de Estados Unidos, que volvió a mostrar débiles datos en consumo y productividad, y de Europa, cuyas cifras siguen contaminadas por la incertidumbre que generan los desacuerdos entre Grecia y sus contrapartes, los mercados desarrollados mostraron bajos rendimientos y se espera que la conducta de los inversionistas acentúe su pesimismo, luego que el Premier izquierdista de Grecia, Alex Tsipras, comunicara que “ya se hizo todo lo posible” para acordar reformas y que, por consiguiente, “está en manos de las contrapartes europeas concordar medidas” para salir del atolladero.
Para acrecentar las inquietudes, los países emergentes también tuvieron frágil desempeño, luego que en la India –que se presenta como de las pocas economías menores que pueden impulsar la actividad, tras la ralentización de China, Brasil y Rusia- se entregara un dato de Producción Industrial por bajo lo esperado, debido a la sorpresiva alza del precio del petróleo de las últimas semanas, valor que impacta directamente a su inflación. De allí que la cámara alta india aplazara una propuesta del ejecutivo de imponer un Impuesto al Valor Agregado (IVA), hasta julio.
En China, en tanto, el Gobierno ha seguido luchando por mantener un crecimiento cercano al 7 por ciento para el 2015, razón por la que el Banco Central bajó su tasa de interés de instancia en 0,25 por ciento hasta 5,1 por ciento, al tiempo que liberó a los bancos de la obligación de ciertos encajes por bonos, de manera de ampliar la oferta de créditos para pequeñas y medianas empresas, con el propósito de impulsar una economía altamente endeudada, especialmente a nivel de gobiernos regionales y locales.
En Estados Unidos, por su parte -hasta hace unas semanas motor de la actividad- tanto la confianza del consumidor como las ventas de retail mostraron un lento crecimiento que defraudó a los inversionistas, dato que se sumó a una Producción Industrial que cayó 0,3% en abril, confirmando las preocupaciones de la Fed, que ha debido reiterar que no tiene en mente aún subir los tipos de interés, decisión que el mercado estimaba para junio próximo y que había estado fortaleciendo el dólar, afectando la competitividad de las exportaciones norteamericanas.
El conjunto de señales de anorexia económica mundial, empero, no afectó la actividad en Chile y, por el contrario, tras el anunciado cambio de gabinete, en el que se destacó el nombramiento del Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, la bolsa de comercio observó un repunte, al tiempo que la Encuesta de Expectativas Económicas, estimó en 0,2 por ciento de IPC para mayo y junio, cifra más consistente con las previsiones del Central para 2015, de un techo de entre 3 por ciento a 4 por ciento a diciembre.
Así, en su Reunión de Política Monetaria, el instituto emisor mantuvo la tasa de política monetaria en 3 por ciento, aunque advirtió que seguirá manteniendo atención sobre la evolución de los precios en los meses siguientes. Y es que hasta inicios de abril se ha seguido observando una caída en los niveles de inversión, que se contrajo 1,7 por ciento a marzo debido a la baja del gasto en maquinaria y equipo, lo que no logró compensarse con la mayor inversión en construcción y otras obras.
En cuanto al sector externo, las exportaciones de bienes y servicios crecieron 1,4 por ciento -impulsadas por envíos de fruta, pero afectadas por menos exportaciones de cobre- mientras las importaciones bajaron 2 por ciento, a raíz del favorable tipo de cambio mostrado en esos meses (sobre $620), pero que tras las declaraciones de la Fed y alza del cobre –que subió junto con otros comoditties como el petróleo- ha tendido a ubicarse en torno a los $600, reflejando la capacidad instantánea de ajuste que otorga a la economía chilena su tipo de cambio libre.
En los hechos, el crecimiento de 2,4 por ciento de la economía durante el primer trimestre de 2015, respecto del mismo periodo del año pasado, sorprendió al mercado que esperaba un crecimiento menor en torno al 2 por ciento y 2,2 por ciento. La demanda interna, en tanto, creció 1,3 por ciento, favorecida por el consumo total, reflejo del mayor gasto de los hogares en servicios y bienes no durables y en menor medida, por el consumo de gobierno, que también incidió positivamente, aunque, debido al dólar alto del primer trimestre, el gasto en bienes durables importados cayó.