El pasado viernes 27 de marzo, la Orquesta Sinfónica de Copiapó iba a iniciar su temporada 2015 en el Teatro Municipal de la ciudad, con un programa que incluía la Fantasía para un gentilhombre de Joaquín Rodrigo y la Sinfonía N° 4 de Beethoven. Todos esos planes, sin embargo, se los llevó la lluvia y el barro que arrasó con la zona, dos días antes.
“Estábamos con los músicos invitados y todos sufrimos juntos el aluvión. Los que venían de Santiago estuvieron como una semana acá y el concierto no se hizo. Nos quedamos con las ganas y ese concierto ya no se puede retomar, porque no hay recursos. Es un escándalo”, dice Paulo Macías, director de la agrupación, fundada en 1982.
El problema mayor no es que se haya suspendido ese concierto, sino que la Orquesta no ha vuelto a retomar las presentaciones mensuales que hacía en el Teatro Municipal. Esto, porque la municipalidad -de la que depende la agrupación- decidió destinar su presupuesto para la reconstrucción de la ciudad.
De este modo, los 27 músicos que conforman la orquesta no han recibido los honorarios que corresponden a cada concierto: “No hemos visto un solo peso y ya vamos para el tercer mes”, señala Paulo Macías.
“Esto nos tiene bastante dolidos en los emocional y en lo económico, porque ha hecho mella a todo nivel. Por ejemplo, hay músicos para los cuales esta era la única plata que tenían para pagar su carrera universitaria. Quedamos desamparados, nos quedamos sin sueldo. Como emitimos boletas de honorarios, ellos pueden mandarnos la patada en el trasero cuando quieran, pero esto no había pasado en más de 30 años, desde que se instituyó la Orquesta Sinfónica”, explica el director.
Según explicó Paulo Macías, la situación es absolutamente incierta. La municipalidad solo financiará dos conciertos, programados para octubre y diciembre, y pretende conseguir recursos para otras dos presentaciones: “Hay que salir a venderlos, entonces la Orquesta se está transformando en una orquesta del pituto. Si nos compran un concierto, yo tengo que decir que nos juntemos a ensayar, como un mercenario de la música”, subraya Paulo Macías.
Ante esto, el municipio y la Orquesta esperan recibir ayuda del Consejo de la Cultura y las Artes y reunirse con el ministro Ernesto Ottone, “para que se hagan parte de esta realidad”.
“Entendemos el uso de recursos de la municipalidad, pero también estamos desesperadamente pidiendo ayuda, en el sentido que el Estado, como una institución madre que tenemos todos los chilenos, se pueda hacer cargo de esta situación por lo menos en forma parcial. No estamos pidiendo que subvencionen la Orquesta completamente, porque la contraparte del municipio siempre va a estar comprometida. Se espera que en 2016 tengamos nuestra temporada regularizada, pero estamos súper mal con el segundo semestre de 2015”, advierte el titular de la Sinfónica.
Por ahora, lo único claro es que la Orquesta hará un concierto ad honorem en julio. El resto es pura desazón: “Hace 32 años que hacemos música acá en Copiapó y que se lo haya llevado el barro causa mucho dolor”, concluye Paulo Macías.