La entrevista a la Presidenta Michelle Bachelet, en la que adelantó que el proceso constituyente no contempla un plebiscito para definir el mecanismo de una nueva Constitución, despertó críticas al interior del mundo político.
Desde Revolución Democrática, el diputado Giorgio Jackson aseguró que la decisión impide la realización de un proceso realmente democrático, porque se opta por el mismo camino que el tomado en 2005, que no cambió las relaciones de poder en el país.
Para el ex líder estudiantil es “una mala señal” la entregada por el Gobierno, ya que sería una decisión que no comprende la complejidad del momento político, porque se intenta –bajo la excusa del momento económico-, frenar compromisos que probablemente eran los más sentidos de la alternativa “renovada” llamada Nueva Mayoría, explicó.
En ese sentido, recordó que la nueva Constitución era uno de los tres pilares de la campaña. “Se trata del principal ordenamiento que tienen los ciudadanos con el Estado y las instituciones públicas”, dijo, enfatizando la importancia de cambiar una carta magna llena de “cerrojos” que impiden modificar las actuales relaciones de poder. Por ello, insistió en que la demanda por un plebiscito buscaba tener la posibilidad de ejercer el derecho ciudadano de enmendar una Constitución que no representa a la ciudadanía.
A juicio del diputado, no es posible establecer un proceso democrático sin plebiscito. Puede ser participativo, pero no democrático, explicó, “porque al final la decisión la van a tomar otros, unos pocos, los mismos de siempre, los mismos que están involucrados en procesos de financiamiento ilegal, con baja credibilidad, es un error político gigante. Es muy difícil que se pueda cambiar donde hay un grupo político (UDI-RN) que no va a estar disponible a cambiar los aspectos ideológicos y de capturas democráticas heredadas de la Constitución de 1980, porque no les conviene, porque saben que pierden su poder. No usar el plebiscito es una contradicción fundamental en un conglomerado que nace de un plebiscito”.
Uno de los conceptos que se han utilizado por el Gobierno y su conglomerado durante los últimos días es el de “realismo político”. En ese sentido, si bien Jackson aseguró que es necesario, acusó que acá se “está haciendo es una renuncia política a dar una disputa. Lo que dijo ayer la Presidenta es que los cambios constitucionales se van a hacer igual que en 2005 y esa forma no supone un cambio, porque mantiene las relaciones de poder y no permite cambiar a una democracia participativa, más intensa. El Gobierno aplica la lógica del menor crecimiento, de más bajas expectativas, pero en esa lógica decide cambiar agendas en temas en los que no se necesita inyectar más recursos, como la nueva Constitución, el tema del aborto en tres causales, la reforma laboral. Entonces ¿de qué estamos hablando? Ante la ciudadanía no se se comprometió solo un programa, sino transformaciones, y ahora, a un año y medio de gobierno, se pretende decir ¿saben qué? Nosotros hemos tomado la decisión de que hay que tener realismo político, entonces todos quienes votaron por nosotros van a tener que buscar otro momento y nosotros seguimos con el poder por cuatro años, borrando con el codo lo que se escribió con la mano. Es una irresponsabilidad política terrible. Qué mayor desconfianza queremos inculcar que no cumpliendo las promesas”.
Otra de las acusaciones planteadas por el parlamentario miembro de la Comisión de Educación pasa por las convicciones al interior de la Nueva Mayoría. “Hay muchas personas al interior que creen en los cambios, pero hay distintas almas y hay quienes desde el principio han visto los aspectos que no los satisfacen. Es contradictorio que alguien haga campaña aun estando en desacuerdo con lo que se prometía, sacándose fotos y usufructuando de la imagen de la entonces candidata Michelle Bachelet y después, cuando vienen las transformaciones, lo borran con el codo”.
Para Giorgio Jackson la condición económica “ha generado un clima de chantaje y de presión al Gobierno, es una movilización silenciosa. Esa presión económica que le hizo ceder en muchos aspectos políticos. Esas decisiones no tienen que ver con una calendarización, sino con una presión de los sectores conservadores que hacen que el Gobierno opte por ese camino, titubee en algunas reformas y diga que la Constitución se va a hacer igual que en 2005”.
Sobre Revolución Democrática, el diputado dijo que están en una posición muy crítica. “No puedo creer que una coalición que fue concebida bajo un plebiscito hoy se lo quiera negar a las próximas generaciones, lo que no nos impide querer colaborar en la agenda educacional. Tirar la esponja hoy podría ser lo más fácil para nosotros, pero por ejemplo si hay un documento que ayer se les entregó a los estudiantes de la Confech, nosotros queremos ser parte de la solución en ese tema. Y vamos a tratar de trabajar para que la educación sea de calidad. Tratamos de ser lo más autónomos e independientes posibles, apuntando donde todavía creemos que existe luz, y denunciando lo que no nos parece”, explicó.
En el tema de la gratuidad para las universidades fuera del Consejo de Rectores, es más cauto. En ese sentido, explicó que se puede llegar a tener la gratuidad para todos, pero cambiando los marcos regulatorios y entregándosela a aquellas instituciones que quieran asumir un compromiso público. En el escenario actual, en tanto, no está de acuerdo, porque por la transferencia vía Presupuesto de la Nación, tal como están las cosas, se estaría financiando a universidades que no pretenden asumir un compromiso como el país, como el Grupo Laureate, dijo.
Al finalizar profundizó en la forma en la que el Ministerio de Educación ha ido discutiendo la Reforma Educacional. A su juicio, el mostrar las cartas de a poco ha impedido generar aliados. “Al mostrar los cambios parcelados se produce desconfianza, porque nadie cree que se pueda cumplir todo. Con un calendario claro, proyecto a proyecto, hubiera sido más expedito y claro el debate, pero se optó por dividir también conceptualmente y eso es algo que hay que revisar porque no creo que sea muy fructífero”, concluyó.