Con un llamado a evitar la perpetuidad de los caudillos en el poder culminó la gira del presidente de los Estados Unidos por África, en una visita que estuvo adornada por el condimento de la ascendencia subsahariana del líder norteamericano.
En un hecho que fue calificado como “histórico”, Obama se reunía en Kenia con la familia de su padre, estrechando de esta forma los lazos del Presidente con un continente convulso que se divide entre la búsqueda del desarrollo y las disputas militares.
Pero más allá del componente simbólico o psicológico, la visita de Obama a África intentó reparar el escaso interés de su Administración por un continente de más de 1000 millones de personas, llamado a tener mucha más importancia que la actual.
La administración Obama busca reimpulsar su influencia en la zona, en un momento histórico en que los estragos provocados por gobiernos populistas y fanatismos religiosos enrarecen las relaciones con la superpotencia, algo que ha sido aprovechado por China, convertida ya en el más importante socio comercial de la región.
Además, el creciente avances de milicias fundamentalistas ha alertado al gobierno norteamericano. Así lo asegura el analista internacional de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, ANEPE, Miguel Navarro, para quien la visita fue también una oportunidad para revisar la situación de seguridad en la región.
Pero, más allá del temor al avance de estos grupos, existe preocupación respecto del control sobre los abundantes recursos naturales que existen en el continente, sobre todo el gas y el petróleo.
A juicio de la analista del Instituto de Estudios Internacional de la Universidad de Chile Cristina Gutiérrez esto ha volcado el interés de las potencias en la zona.
“África siempre ha sido un espacio de recursos naturales, tienen gas, mucho petróleo, de hecho toda la atención en ese mercado se está trasladando hacia la zona del Golfo de Guinea”. A su juicio, la riqueza natural es la razón de la atención que las potencias centran en ella.
Para la académica de la Universidad de Chile, “el acercamiento entre Estados Unidos y África tiene que ser renovado, con una mayor apertura hacia la horizontalidad y (permitiendo) que exista una orientación hacia exigir más democracia y defensa de los derechos humanos”.
En ese sentido, la visita de Obama puso énfasis también en demandar de las naciones africanas mayor apertura a la diversidad sexual y respeto para las mujeres y niños. Esto en medio de críticas por la elección de los países que fueron parte de la gira, algunos de los cuáles viven bajo dictaduras reñidas con prácticas atentatorias de los derechos humanos.