“Es un error del Gobierno presentar, en proyectos separados, los temas que regulan el funcionamiento interno de los partidos y el financiamiento público de los partidos políticos”, señaló Eduardo Engel, ex presidente del Consejo Asesor Presidencial Contra Conflictos de Interés, Tráfico de Influencias y Corrupción, al exponer sobre financiamiento de la política en el Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile
En su intervención, el economista explicó algunas de las formas de regular la relación entre dinero y política: “En muchos países viene cayendo la confianza de la ciudadanía con la democracia. Hay estudios que lo atribuyen al problema del financiamiento de la política”, aseguró.
En este sentido, para el ex asesor de la Presidencia, en Chile se corre el riesgo de aprobar el financiamiento público de los partidos sin que éstos acepten una regulación adecuada para dichos fondos: “Un error es ingresar, por una parte, lo que introduce financiamiento a los partidos y por otra lo que regula la democracia interna de los partidos. Se corre el riesgo de cuando se introducen dos proyectos de ley distintos: que se apruebe el proyecto de ley que les da el financiamiento y no se apruebe el proyecto que mejora el funcionamiento interno de los partidos. Si eso sucede, sería impresentable”, consideró.
“Un desafío importante para que los ciudadanos vuelvan a confiar en la política es tener una regulación efectiva del financiamiento de las campañas electorales y de los partidos políticos”, agregó Engel, quien puso énfasis en el rol que le cabe a la ciudadanía en este proceso de modificación de las leyes que rigen a los partidos políticos.
“La ciudadanía tiene un rol muy importante, que es tomar conciencia de que en las próximas semanas, cuando el Gobierno ingrese las indicaciones a la ley de partidos políticos y la ley de fortalecimiento del financiamiento de la democracia, tiene que hacer ver su punto de vista respecto de que quiere partidos que funcionen bien, que funcionen con transparencia, en los cuales los padrones sean confiables, en los cuales las directivas no tengan un poder omnímodo, en las cuales realmente tengamos buenos partidos, porque la única forma de tener una buena democracia es tener buenos partidos políticos”, explicó.
Asimismo, el académico puso énfasis en la magnitud de las sanciones al financiamiento ilegal, que en su concepto tienen que ser disuasivos potentes y proporcionales a la magnitud de la infracción, indicando que en caso contrario la legislación carece de sentido, como ocurre en Francia, donde “la máxima sanción es de 3.750 euros por financiamiento electoral, lo que no constituye un disuasivo interesante”.
