La Universidad Austral de Chile se convirtió en la primera universidad regional del país que apuesta al desarrollo de la tecnología espacial a través de CubeSat o nanosatélites.
La primera fue la Universidad de Chile, cuando el 2011 comenzó a ensamblar SUChAI, artefacto que se dedicará a estudiar el plasma de la ionosfera para entender sus propiedades y los posibles efectos orbitales. En la actualidad el proyecto está en pleno desarrollo y su lanzamiento está previsto para el 2018.
A este tipo de iniciativas se sumó la sede Puerto Montt de la Universidad Austral. En conversación con Radio Universidad de Chile, Mauricio Henríquez, encargado del Laboratorio de Estudios Espaciales de esa casa de estudios, explicó qué es un CubeSat y cómo es posible que países en vías de desarrollo puedan trabajar con ellos.
“Desde hace un poco más de diez años se estandarizó una forma de satélite que, básicamente, es una forma cúbica. Una unidad CubeSat corresponde a un cubo de 10x10x10 centímetros. Ese es el tipo de satélite que tiene la Universidad de Chile, el SUChAI, y es también el que tenemos en la Universidad Austral”.
El académico indicó que estas unidades se pueden acoplar con más unidades, formando grandes estructuras y la gracia que tienen es que su estandarización reduce considerablemente los costos, lo que permite que las universidades hayan podido acceder a la tecnología.
La Universidad Austral, por ejemplo, optó por adquirir en el extranjero los componentes fundamentales para armar este nanosatélite y permitir que sus investigadores se enfoquen en la fabricación local de la carga científica que sea necesaria.
En ese sentido, el también investigador de la carrera de Ingeniería Civil Industrial afirmó que buscan que el desarrollo de los CubeSat sirva como punta de lanza a la investigación nacional y que su proyecto en particular pueda cubrir alguna necesidad de la industria local, para así aportar a la descentralización.
“Somos un país que está bastante sujeto a las inclemencias de la naturaleza, por lo que sería interesante que Chile no sólo contara con uno, dos o tres satélites, sino con una red de satélites. Y por qué no estos pequeños aparatos que pueden brindar diversos servicios a la comunidad, sobre todo en lo que es control de desastres, planificación urbana, plumas volcánicas. Incluso se están haciendo experimentos bastante avanzados en cuanto a ondas precursoras de terremotos y otro tipo de cosas que también podrían integrarse al desarrollo tecnológico nacional”, detalló.
Henríquez sostuvo que existe una buena colaboración con agencias internacionales por lo que proyectan el lanzamiento a mediano plazo. Además, afirmó que están trabajando en esta materia en líneas de cooperación con la Universidad de Chile.