El Muro de la Memoria contiene 970 imágenes de personas que fueron detenidas y desaparecidas durante la dictadura. Los retratos los buscó y grabó sobre cerámica Claudio Pérez y el espacio fue inaugurado en 1999 en el Puente Bulnes, que cruza el río Mapocho, al poniente de la comuna de Santiago.
“Fue bien complicado. Más que escogido, fue el lugar destinado”, recuerda el fotógrafo, quien primero había pensado instalarlo en la pared posterior de la Catedral Metropolitana. “Fui a hablar con el obispo (Sergio) Valech, pero no me dejó”.
Junto a agrupaciones de Derechos Humanos, Claudio Pérez pensó en otros lugares céntricos y que llamaran la atención, pero ninguno resultó. “Al final, me propusieron instalarlo en este puente, que era un lugar bien marginal”, relata.
Ahí también está la plaza que recuerda al sacerdote español Joan Alsina, pero los 16 años que han pasado desde la apertura del memorial lo han deteriorado profundamente. Ese desgaste justamente es el eje de Necrosis, exposición que el mismo Claudio Pérez montó en el Centro Experimental Perrera Arte, ubicado a pocos metros del mural.
De acuerdo al fotógrafo, ha sido una mezcla de rayados, descuido y contaminación lo que ha cambiado el aspecto del memorial: “Todo eso ha hecho que se haya ido transformando. Una de las cosas que más ha intervenido en su descomposición es que cuando llueve, el agua corre por la techumbre del puente, por donde pasaban los trenes. Eso ha corroído el sellante que se puso y ha ido arrancando la imagen”, explica.
“Es una imagen latente de transformación y la carga poética es que también están desapareciendo los desaparecidos”, apunta sobre el sentido de la actual muestra, que consta de varios elementos.
Por una parte, hay retratos impresos en seis telas de gran tamaño, que reflejan el estado en que se encuentran las cerámicas. Al frente, hay fotografías de las antiguas casonas de calle República que fueron utilizadas por los servicios de inteligencia de la dictadura, capturadas en los ’90 por el mismo Claudio Pérez.
En otro sector, hay un centenar de fotografías que replican el mural original y muestran su estado actual. Además, dentro de una celda se exhibe un video registrado a fines de los ’90, cuando el fotógrafo buscaba las imágenes de detenidos desaparecidos por diferentes ciudades del país. Finalmente, sobre una mesa, hay archivadores con todas las fotos que recogió Claudio Pérez en esa época, además de fichas y documentos.
Así, la exposición abarca tres desapariciones, dice su autor: “La primera es la del cuerpo de la persona. Cuando fui a buscar las fotos para construir el muro, había familiares que solo tenían la foto carnet de esas personas, era la única imagen que tenían, ese certificado de presencia del que habla Barthes; cuando esa imagen no está, esa es una segunda desaparición. Y la de ahora, cuando este mural en homenaje también está desapareciendo, es una tercera desaparición. Es bien potente y terrible a la vez”, concluye.
Necrosis se exhibirá hasta el 5 de octubre en el Centro Experimental Perrera Arte (Balmaceda con Bulnes, Parque de los Reyes) y la entrada es gratuita, pero se deben pedir visitas guiadas (2-682 10 92).
Más información en Perrera Arte.