La Orquesta Sinfónica de Chile (OSCH), el Ballet Nacional Chileno (BANCH) y el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile son los tres principales cuerpos estables del Centro de Extensión Artística y Cultural (CEAC) de la Universidad de Chile y nunca se han unido sobre un escenario. Después que pasaran décadas de historia, la ocasión se dará entre el viernes 9 y el miércoles 14 de octubre, para festejar el septuagésimo aniversario del Ballet y el Coro.
La celebración será al compás del Réquiem de guerra, obra que el compositor británico Benjamin Britten compuso en 1961, para que fuera interpretada en la ceremonia de reconsagración de la Catedral de Coventry (Inglaterra), devastada por los bombardeos nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
“Primero, elegimos esa obra porque a todos nos encantaba y porque, además de los 70 años del Ballet y del Coro, se celebran los 70 años del final de la Segunda Guerra Mundial, así que nos pareció una buena obra para presentar en este marco”, explica el director del BANCH, Mathieu Guilhaumon, en una pausa de los ensayos que se desarrollan hace meses en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
El coreógrafo francés se ha encargado de crear no solo una obra para el Ballet, sino una puesta en escena -de hora y media de extensión- que involucra también al Coro: “Uno de los mayores desafíos ha sido que la obra no tiene una narración en sí. Es una mezcla de los poemas de Wilfred Owen con los textos litúrgicos en latín, así que tuve que encontrar una historia, para que se entienda lo que pasa sobre el escenario”, explica. “Lo que decidí fue hablar de la historia de Owen, que murió en las trincheras durante la Primera Guerra, y mezclarla con la historia de Britten, que también es un personaje muy interesante”, añade.
En esa puesta en escena también participará un coro de 20 niñas del colegio Almendral de La Pintana y la soprano Patricia Cifuentes, el tenor Leonardo Pohl y el barítono Ramiro Maturana. Sumando a la Orquesta Sinfónica dirigida por Leonid Grin, serán cerca de 120 personas en escena.
“Dijimos ‘hagámoslo’, en el fondo, sin saber las complicaciones que traería, porque no tenemos teatro para hacerlo y ha habido que hacer hartos malabares para montarlo. En eso estamos”, admite Juan Pablo Villarroel, en los minutos previos a uno de los ensayos que también se hacen en el mismo CEAC, en pleno centro de Santiago.
Claro, la magnitud del espectáculo incluso obligó a modificar la platea baja del ex Teatro Universidad de Chile, para acomodar ahí a la Orquesta y dejar espacio en el escenario a los bailarines y el Coro.
Este último, según Juan Pablo Villarroel, deberá enfrentar una composición que “tiene un lenguaje armónico completamente contemporáneo”.
“Es una obra tonal, pero con una lejanía evidente de la tonalidad. Hay cosas que son tonales, hay cosas que rememoran música religiosa antigua y, a lo largo de todas la obra, hay un dolor expresado en intervalos tensos e intranquilos; hay un dolor evidente que se expresa en toda la composición”, señala.
“Es muy compleja armónicamente. Si uno escucha una obra clásica o romántica, uno sabe hacia dónde va, pero acá es imposible. Toda esa inestabilidad tonal hace que el aprendizaje sea muy difícil. Muchas veces estás en tierra de nadie y no estamos acostumbrados a cantar este tipo de música, requiere mucha concentración”, adelanta.
La hora de las niñas
Dentro del espectáculo destaca la participación de un coro de 20 niñas del colegio Almendral de La Pintana, dirigido por Marcela Serrano, quien forma parte del Coro Sinfónico hace dos décadas.
Las cantantes, que tienen entre 10 y 17 años, serán parte también de la puesta en escena y han debido practicar no solo la música, sino también el movimiento sobre el escenario.
Aun así, Marcela Serrano señala que “es una oportunidad única” y destaca que “es completamente distinto a lo que hacemos habitualmente. Hay que ensayar con el Ballet, con el director de la Orquesta… ha sido muy exigente, pero las niñas están felices”.
Misión: Salir de Santiago
Más allá del desafío artístico que hoy enfrentan, el aniversario es un hito también para reflexionar sobre los retos que deben afrontar el BANCH y el Coro Sinfónico. Para ambos directores, la principal meta es una: salir de Santiago.
“Hacer difusión es un deber que no hemos cumplido”, dice Juan Pablo Villarroel. “Hay varias razones: tenemos que cumplir con la programación de la Orquesta, no siempre es fácil salir, pero tenemos que ir a lugares que no tienen acceso a este tipo de música. El teatro tiene un público que puede pagar por venir, pero hay mucha gente que no conoce lo que hacemos”, señala.
En tanto, Mathieu Guilhaumon responde que “estamos trabajando para salir a regiones y a nivel internacional. Ya fuimos a Lima y en septiembre de 2016 vamos a hacer una gira por Centroamérica. Además, tenemos que fortalecer nuestro acercamiento a las audiencias jóvenes y seguir invitando coreógrafos invitados”.
Cuándo y dónde
Las presentaciones se realizarán a las 19:40 horas de este viernes 9, sábado 10, martes 13 y miércoles 14 de octubre en el CEAC, ubicado frente a la Plaza Baquedano. Las entradas tienen valores desde $6.000 para público general y hay precios especiales para estudiantes y personas de la tercera edad.
Más información en CEAC.