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Por qué se equivoca la diputada Cariola

Columna de opinión por Víctor Herrero
Martes 13 de octubre 2015 12:56 hrs.


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Si hay algo que muestra cuán profundo ha penetrado la ideología neoliberal en el ADN de Chile, fue la manera como la diputada comunista Karol Cariola defendió su decisión de cotizar en el sistema privado de salud en vez del público.

Karol Cariola, ex presidenta de la federación de estudiantes de la Universidad de Concepción y ex secretaría general de las Juventudes Comunistas, afirmó: “Una situación familiar me ha obligado a buscar asistencia en el sistema privado, porque el sistema público no tiene las condiciones para resolverlo”. Sin entrar en mayores detalles cuál es la situación personal que no puede ser resuelta por los equipos de salud de nuestros hospitales públicos, la legisladora que percibe, como todos sus colegas de la Cámara de Diputados, un sueldo líquido superior a 6,5 millones de pesos al mes, agregó que esta situación le “duele en el alma, pero es la dura realidad de nuestro país. Cuando se enfrenta la vida y la muerte… a veces no quedan más opciones…”.

Este episodio sucedido hace dos semanas fue un festín para los trolls de derecha, pero también suscitó un apoyo cerrado entre mucha gente de izquierda. En este caso, ambos están equivocados.

Históricamente, la derecha ha buscado contradicciones personales en la izquierda para descalificar sus ideas de fondo. Si son tan anti-imperialistas, ¿por qué los jerarcas de la Unión Soviética usaban Mercedes de la Alemania capitalista para trasladarse? Ese, por ejemplo, era un argumento común a comienzos de los años 80 cuando Ronald Reagan y Margaret Thatcher llevaban la batuta en Occidente y la Guerra Fría había vuelto con fuerza.

Se decía que Ernesto Ché Guevara afirmaba que Estados Unidos sólo había hecho una contribución a la humanidad: la Coca-Cola, precisamente la bebida gaseosa favorita del argentino. Pero, ciertamente, nadie pondría en duda el afán revolucionario del Ché por tomarse una Coke.

Así, resulta ridículo que la derecha exija a la izquierda una coincidencia total entre su actuar privado y su discurso público.  Es como si la izquierda le pidiera a las familias Matte, Edwards o Luksic “poner la otra mejilla” porque suscriben al cristianismo.

Pero en este episodio algunos en la izquierda tampoco se dan cuenta de cuán equivocada está la diputada. Un comentarista en Twitter que salió en defensa de Cariola aseguró: “Patéticos, cuando no encuentran como desprestigiar al PC, algunos tarados lo atacan ‘denunciando’ que algún militante no anda en micro, no come en ollas comunes ni menos cotiza en Fonasa”.

Pero ese defensor no pareció tomarse en serio lo que la propia diputada dijo a través del mismo medio: “Es importante aclarar que lamentablemente Fonasa no entrega la cobertura adecuada a las personas que tienen un sueldo sobre 351 mil pesos. Ese es un vicio del modelo, que obliga a quienes perciben sueldos superiores a ese monto a cotizar en isapres, porque generan más cobertura”.

Lo triste de esa declaración es que Cariola cae en la falacia del neoliberalismo chileno de los últimos 40 años y que se resume en una sola frase: lo privado es mejor que lo público.

Si nuestros comunistas adoptan esa actitud, ¿qué queda para el resto? Sería bueno recordarle a la congresista que hay chilenos que ganan más de esos 351 mil pesos de los que ella habla, pero que aun así cotizan en Fonasa. Tal vez no sean millones, pero son personas que creen que –aunque no obtengan una cobertura monetaria mejor que las Isapre- es preferible contribuir a un fondo social común que pagar todos los meses para que los mismos de siempre se enriquezcan aún más.

En el turbo capitalismo actual la billetera es un votante tan o más poderoso que el ciudadano que cada ciertos años deposita su voto en la urna.

Sería bueno que la diputada y la izquierda en general tengan eso en mente.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.