Este viernes se pone en marcha el sistema de Farmacias Populares en la comuna de Recoleta, iniciativa que ya es evaluada por otros municipios para ser imitada y que al mismo tiempo, genera debate al interior del Congreso.

Las principales críticas han venido desde la oposición. El senador UDI, Víctor Pérez, calificó la idea como una “medida demagógica de la izquierda” y añadió que en vez de farmacias populares se debería reforzar los consultorios y Centros de Salud Familiar (Cesfam).

En tanto, el diputado UDI Javier Macaya indicó que “la canasta Auge y de Atención primaria están garantizadas, son gratuitas. Obviamente me imagino que no estará dentro de la idea matriz de esta farmacia popular empezar a venderlas. Salvada esa duda, me parece que el resto se puede discutir”.

Los reparos igualmente se dan de parte de la Asociación de Farmacias Independientes. Su presidente Héctor Rojas, afirmó que la farmacia parte con defectos, porque carece de un petitorio mínimo y de un horario acotado de cuatro horas (día por medio).

“Otras municipalidades se han acercado a nosotros, han solicitado que nuestros asociados participen en esta entrega de medicamentos a precios económicos pero dentro de nuestras farmacias, lo que significa para nosotros una pequeña utilidad y no atenta con el principio de que el Estado no puede intervenir en el mercado salvo excepciones especiales”, comentó Rojas.

Las farmacias independientes solicitaron al Gobierno que los laboratorios les vendan los medicamentos directamente al mismo precio que se le cobra a la Central de Abastecimientos (Cenabast).

Por su parte, el presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, socialista Juan Luis Castro, se mostró confiado en que, luego del apoyo del Ministerio de Salud a las farmacias comunales y su aclaración sobre los tipos de medicamentos que se suministrarán, los legisladores den el visto bueno a la iniciativa.

“Que se permita que cada municipio tenga un volumen de compra de medicamentos que no sean los de gratuidad sino otros, para enfermedades neurológicas, ciertos antinflamatorios, antidepresivos, hormonas y que los vendan a precio de costo”.

Ante las críticas, Felipe Delpín, alcalde de La Granja encargado del área salud de la Asociación Chilena de Municipalidades, afirmó que efectivamente existe una canasta comunal de medicamentos, pero éstos se requieren para los hospitales.

“Yo tengo una canasta básica y a lo mejor alguno que otro medicamento pero que no son los de mayor costo, por lo tanto, no están todos los medicamentos disponibles. Es cierto también que los municipios a través de programas sociales entregamos algunas ayudas en medicamentos cuando estos son muy altos y se requieren, pero eso la municipalidad lo puede hacer una vez o dos veces al año”, apuntó.

Por último para que las farmacias populares se masifiquen, el Ejecutivo a través del Instituto de Salud Pública y la Central de Abastecimiento por vía administrativa debe destinar los recursos y definir las formas de compra que harán los municipios.