Malas relaciones con la productora del evento, críticas sobre la disposición de los stands al interior de la Estación Mapocho, esfuerzos en vano y hasta malos tratos son algunas de las quejas que surgen desde las editoriales independientes respecto a la organización de la Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa).
El conflicto comenzó el primer día del evento, cuando la organización no respetó el acuerdo sostenido entre la Cooperativa Editores de la Furia y la Cámara del Libro respecto al cobro de entrada para las actividades de los independientes.
“Se suponía que para las actividades de la Cooperativa de la Furia del Libro, no se cobrarían entradas. Eran 40 cupos para invitaciones, pero finalmente se terminó cobrando esta entrada y mucha gente quedó fuera”, indicó el presidente de la organización, Marcelo Montecinos.
A raíz de este hecho, ese día los puestos independientes cerraron sus stands en señal de protesta.
Posteriormente, ChileComics aseguró que sus actividades se vieron perjudicadas producto del olor que emanaba de los puestos de comida: “Esto parecía el patio de comidas de un mall”, comentó uno de los trabajadores del lugar.
Ante esto, los locales de comida debieron cambiar su menú. Incluso desde la organización asumieron la responsabilidad y ofrecieron un nuevo lugar para que los autores de ChileComics pudieran firmar sus libros. “Inicialmente la productora trató de paliar el tema con extractores de aire, se hicieron distintas pruebas, pero no dio resultado y la medida final fue prohibirle a estos carritos que frieran”, comentó Claudio Álvarez, editor de Acción Comic.
El problema de fondo
Cada uno de los stands que ocupa la Cooperativa de La Furia del Libro cuesta alrededor de un millón 600 mil pesos. El monto es alto para las editoriales más pequeñas, por lo que la mejor estrategia para marcar presencia en la Feria es compartir el espacio con otros libreros.
Aunque algunos editores señalaron que el balance, en general, es bueno, agregaron que participar en la Feria es “agotador”.
“Primero, es imposible pagar el stand. Nosotros, lo poco que tenemos lo reinvertimos en comprar más libros. Aquí somos tres socios y resulta agotador estar acá”, comentó Paula Gaete editora de Oximoron.
Por otro lado, Gaete indicó que pese a que la ubicación de este año de las editoriales independientes es “más cómoda”, existe una incoherencia respecto a cómo se ordenan las editoriales: “Estamos pensando en no volver a Filsa, pareciera que aquí no se toma en consideración nuestras propuestas. Este año nos colocaron frente a libreros y, claramente, lo que ofrecemos nosotros no se condice con su oferta. Me parece que es una falta de respeto de parte de la Cámara”, afirmó.
De la misma opinión es Marcelo Montecinos, quien indicó que la Cooperativa deberá reunirse durante las próximas semanas para zanjar el tema de la continuidad en Filsa: “Efectivamente este no es nuestro público y aquí existe un problema muy grave respecto a la orientación de la Feria. Es una máquina que está centrada en cobrar entradas, pero que no está interesada en la gente”, dijo.
“Existe la intención de no volver. Esto es algo que lo debe resolver la asamblea de la Cooperativa, pero ya es algo que estamos pensando”, señaló Marcelo Montecinos, en referencia a una determinación que se tomaría en dos semanas más.
Frente a esta situación y a las críticas, el presidente de la Cámara del Libro, Alejandro Melo, respondió que la Feria tiene un alto porcentaje de entradas gratuitas: “Este año pusimos una cifra récord de diez mil entradas liberadas por el programa cultural, además de las opciones de los lanzamientos y actividades. Yo creo que por ahí uno tiene que ir entendiendo el tema de gratuidad”, sostuvo.
“Quizás pudimos haber fallado en comunicarlo más a la comunidad, pero son temas que tenemos que conversar internamente nosotros”, agregó Melo.
En tanto, respecto a si la Furia se restará del evento, Melo sostuvo que “están en todo su derecho de evaluar su participación, nosotros felices de acogerlos cuando lo estimen. Este año los hemos acogido con la mejor disposición y creo que ha sido un muy buen año para ellos, pero tienen una decisión soberana para determinar si quieren volver el próximo año o si quieren enfocarse en sus ferias”.