En las últimas semanas hemos visto como se ha terminado la infinita paciencia y pasividad histórica de la comunidad científica chilena, frente al deplorable soporte económico e institucional que se le brinda a este sector profesional. La idea de que se necesita más ciencia para el desarrollo del país se ha instalado fuerte y claro en la actualidad nacional, inclusive por sobre el reciente partido de Chile v/s Colombia recién pasado, esto último parece ser un buen síntoma social. Un tema que ha sido tangencialmente abordado por algunos medios de comunicación y periodistas muy puntuales, ha sido como los profesionales chilenos dedicados a las ciencias fundamentales, matemática, biología, química y física, pudieran entregarnos algo más que publicaciones teóricas las cuales “a priori” parecieran estar muy lejos de aquellas soluciones que podríamos seguir comprando, importando o adquiriendo de los países desarrollados del primer mundo. De de hecho esto último podría ser un argumento válido de esgrimir por parte de algún sector menos letrado de la política o el estado, con el objeto de NO darnos en el gusto con el lógico aumento presupuestario que se está pidiendo. Afortunadamente tenemos lista la solución:
Chile ya hace rato está formando y tiene en la puerta del horno una masa crítica de profesionales de “interface, puente o como Ud. quiera llamarlos”, ingenieros civiles, médicos cirujanos, químicos industriales, etc. que han optado vocacionalmente por un entrenamiento científico riguroso con el fin de aprender a cómo escalar éstos conocimientos que emergen de sus colegas de ciencia básica para luego ponerlos rápidamente en marcha sin tener que esperar que la manzana de Newton nos venga a iluminar frente a un observación hecha en un tubo de ensayo o en una ecuación dibujada con tiza en el pizarrón. Con el avance del país, enfrentamos problemas y desafíos únicos, en los cuales no podemos importar una solución porque ésta no existe aún, que mejor nicho que nuestro propio capital humano avanzado el que haga un aporte directo a la solución, de problemas reales del país entregando valor agregado, es decir un verdadera ciencia de “sastrería” hecha la medida de los chilenos y mejor aún “made in chile”. En consecuencia tenemos toda la maquinaria para el despegue solo falta poner órbita las promesas hechas y la billetera sobre la mesa.
Juvenal A. Ríos Leal
Médico Cirujano, Magíster en Cs. Biológicas
Capítulo de Médicos Doctorandos, Colegio Médico de Chile A.G.
Alejandro I. López Telgie
Ingeniero Civil Aeroespacial, Magíster en Ingeniería Aeroespacial
Becario Becas Chile Magíster en el Extranjero Convocatoria 2011