El 25 de noviembre de 1927, un decreto con fuerza de ley creó el Archivo Nacional, que deriva de una serie de instituciones que se crearon desde fines del siglo XIX y que tenían por objeto resguardar toda la documentación pública producida incluso desde la Colonia. Uno de los documentos más antiguos que hoy conserva la institución, de hecho, es el acta de fundación de Santiago, aunque la mayor parte de sus colecciones pertenece a épocas posteriores.
A 88 años de su creación, el Archivo Nacional se encuentra celebrando su aniversario con una serie de actividades, que han contemplado seminarios, exposiciones y presentaciones de libros.
En entrevista con el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile, la actual directora Emma de Ramón enfatizó la urgencia de crear una Ley de Archivos en Chile que permita resguardar de manera adecuada la documentación pública.
“Cualquier archivo que tengamos es memoria”, dijo la directora de la entidad, quien ejemplificó con el manejo de los municipios sobre sus propios documentos: “Tal vez ahí pasa lo más terrible. Por ejemplo, derechamente se botan documentos antiguos y otros ni siquiera tan antiguos de correspondencia. Nosotros lo sabemos, porque los hemos recuperado de la basura. Eso significa que la voz ciudadana se va al tacho de la basura. O sea, el municipio, por sí y ante sí, quita ese derecho, pero además se borra la memoria”, señaló.
Por otra parte, Emma de Ramón llamó la atención sobre la necesidad de derogar la Ley 18.771, publicada en 1989 y que permite archivar y eliminar documentación perteneciente al Ministerio de Defensa Nacional y a las Fuerzas Armadas.
En esa línea, manifestó su optimismo frente al proyecto de ley que tramita la Cámara de Diputados para eliminar la legislación: “Probablemente, esa documentación permita, a la larga, reconstruir lo que pasó con muchas de las personas que hoy se encuentran desaparecidas o que fueron muy maltratadas durante esa época. Va a ser el respaldo para que no solo esté la verdad que invoca la madre, el hijo o la esposa, sino que se demuestre, frente a las autoridades, lo que pasó; que un día a las tantas horas, entre estas fechas aciagas del 73 y del 90, alguien entró detenido a un lugar, por ejemplo. Los documentos tienen ese poder: pueden demostrar que algo sí ocurrió”, concluyó.