Sótano surgió a principios de los años 90 cuando un grupo de jóvenes bailarines comenzó a experimentar en torno a la danza. Se reunían precisamente en un “sótano”, en cualquier espacio donde pudieran ensayar. El objetivo era crear un lenguaje en donde transmitir la violencia de la dictadura y las ansias de cambio de la transición a la democracia.
La obra fue presentada en el año 1992 en la sala Isidora Zegers de la Universidad de Chile. Posteriormente, el montaje ganó el premio a mejor montaje, director, diseño y música del Primer Festival de Nuevas Tendencias Pedro de la Barra. Así, llegó a Costa Rica y México hasta montarse, por última vez en el año 1993 en el escenario del Teatro Municipal de Viña del Mar.
Hoy, 23 años después la obra vuelve a presentarse gracias al programa Patrimonio Coreográfico del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
En esta ocasión, la obra cuenta con un elenco renovado, sin embargo, mantiene intacta su puesta en escena.
“Nosotros ensayábamos la obra en una especie de sótano, quizás de ahí viene el nombre de la obra. No eran las condiciones adecuadas, pero sí había una intención clara de buscar dentro del lenguaje de la expresión corporal, una experimentación”, dijo el director de la obra Luis Eduardo Araneda.
En este sentido, Araneda indicó que uno de los objetivos del montaje era revelar la violencia dictatorial: “Había un gobierno de represión, de censura, acontecimientos políticos sumamente violentos, en que la muerte y la tortura eran imágenes del cotidiano. Todo esto afectó directamente lo que tenía que ver con la creación”, señaló.
Carlos Rivas, bailarín del elenco explicó que una de las características principales de la obra es la gestualidad: “Es muy metafórica, tiene muchos gestos, hay acciones concretas, hay una dirección de teatro incluida. En el fondo es como invitar a la gente que se meta a un sótano con nosotros”, comentó.
“Los elementos más importantes son el contexto político. Hay que pensar también que el contexto social no les permitía a los intérpretes formarse cómo nosotros lo hicimos y es muy importante el trabajo que ellos realizaron con Sótano en los 90 porque habla mucho de las frustraciones de esa época”, agregó Rivas.
Sótano se presentará hasta el domingo 20 de diciembre en el Centro Cultural Gabriela Mistral, de jueves a sábado a las 21 horas y domingos, a las 20 horas. La entrada general tiene un costo de $5000, y estudiantes y tercera edad $3000.