Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 16 de abril de 2024


Escritorio

Pocas palabras y tanta hermandad

Columna de opinión por Vivian Lavín A.
Miércoles 16 de diciembre 2015 9:31 hrs.


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“La lengua nos une, la cordillera nos separa, la historia y el poder nos acercan tanto como nos alejan. Y en el ardor por la libertad y el compromiso se produce el encuentro de la Argentina y Chile”, decía la antologadora Sandra Bianchi, hace cinco años, en la primera edición del libro Arden Andes. Microficciones argentinochilenas. Un libro que reúne a 34 autores de ambas naciones en un género tan breve como cautivante y que ha reeditado el sello nacional Simplemente editores.

El gesto lo encontramos desde la portada cuando el gentilicio, esto es el sustantivo que describe el lugar de pertenencia de una persona u objeto, lo encontramos sin el guion que se incluye cuando se trata de la doble nacionalidad. Nuevamente, esta escritora, crítica literaria y editora argentina, Sandra Bianchi, explica que se hace “sin ese guion ortográfico o simbólico que separe a argentinos de chilenos”, siguiendo las directrices de la RAE en su Ortografía española: “Si el gentilicio compuesto resultante se siente como consolidado lo escribiremos sin guion”.

Esta antología tiene ese sello de hermandad que tanto se extraña cuando nos encontramos chilenos y argentinos, cuando los autores dialogan y se entrecruzan en  una trama que resume esa larga historia común.

Cuenta el escritor Diego Muñoz Valenzuela, una de las voces más consolidadas del relato breve chileno, que fue en Argentina el lugar donde por primera vez, hace 15 años, comprendió que ese género que cultivaba con cariño, pero entonces sin proyección editorial alguna, podía convertirse en un libro. Fue en uno de los Foros de Fomento a la Lectura que organiza el escritor impenitente Mempo Giardinelli en esa ciudad llamada Resistencia, y que desde el nombre nos indica el sentido de perseverar en este hábito que nos convoca.

A los pocos años, fue invitado al Primer Encuentro Nacional de Microficción, en Buenos Aires, organizado por los autores Luisa Valenzuela, Sandra Bianchi y Raúl Brasca. Los lazos entre autores chilenos y argentinos en el microcuento fueron creciendo hasta convertirse en una antología que ya pueden disfrutar los públicos de ambos países.

¿Qué es el microcuento o el relato breve de ficción? Es una posibilidad de narrar sin las estructuras de los géneros tradicionales y desplazarse a través del idioma con el corset de la concisión… que tanto se agradece.

Relatos tan sucintos como el de Luisa Valenzuela, la autora argentina que abre esta antología con el microcuento titulado Espinas: “La verdadera crueldad de las espinas no reside en tenerlas sino en irlas perdiendo, dejándolas prendidas en la azorada piel de quien tenga la osadía de acercársenos”. Un cuento que perfectamente podría ser un poema pero que eligió la prosa para ser narrado, como el de la autora chilena Virginia Vidal, la segunda antologada en esta treintena de escritores, quien publica cuatro microrrelatos empapados en el compromiso político y social que caracteriza a su escritura.

Uno de ellos recuerda al periodista trasandino Leonardo Henrickse, quien murió el 29 de junio de 1973 grabando la intentona de alzamiento militar y terminó filmando su propia muerte. O el de Eduardo Miño, ese obrero de la empresa Pizarreño aquejado de la enfermedad asbestosis que contrajo en su trabajo, quien ante la desidia gubernamental terminó quemándose a lo bonzo en 2001.

Junto a estas escritoras se pasean nombres consolidados aquí y allende Los Andes, como Ana María Shua, Mario Goloboff, Juan Romagnoli, María Cristina Ramos, entre los argentinos, y una Pía Barros, Lilian Elphick, Poli Délano o José Leandro Urbina, entre los chilenos.

La edición de Simplemente Editores es cuidada y generosa,  de modo que aunque el cuento se desarrolle en una sola línea, incluso, unas pocas palabras, como en varios de ellos, gozan de toda una página para ser leídos y masticados, como en el cortísimo La vida breve del chileno Jaime Valdivieso que dice: Nació muerta.

Arden Andes. Microficciones argentinochilenas es una posibilidad de encuentro sincero entre pueblos hermanos que con sus palabras hacen estallar esas fronteras geográficas y prejuiciosas que tanto nos separan.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.