Esta semana se aprobó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley que busca fortalecer la modernización y el carácter público y democrático de los partidos políticos. Aprobación que no ha estado libre de polémicas, particularmente entre los independientes, partidos emergentes y representantes de movimientos que aspiran precisamente a convertirse en partidos.

Así lo plantea el diputado de Revolución Democrática Giorgio Jackson, quien asegura que lo que se ha aprobado son normas que empeoran la situación democrática del país. Esto, por considerar que impiden la emergencia de nuevos actores, al aumentar las barreras de entrada y de permanencia, “lo que tiene un correlato directo en las fuerzas que se están creando en este momento”.

Un contexto que se da, como advierte el legislador, luego que el Gobierno, a pesar del compromiso que tenía con los independientes y fuerzas emergentes, desconociera el acuerdo.

“Nosotros no queremos legislar solo porque nos dejan una ventana de oportunidad, sino porque después queremos que exista gente que también nos pueda desafiar. Entonces, no se trata de hacer una ley a la medida de nuestros intereses, sino a la medida de la democracia”.

Su conclusión es que “lamentablemente ahí existe una diferencia sustantiva con respecto a qué es lo que creemos que es la ley, si es que es para asegurarnos nosotros o para asegurar un régimen democrático que permita la competencia entre actores políticos”.

Para el diputado, se trata de algo parecido a lo que ocurre con la colusión de las empresas, con la diferencia de que en este caso de habla de leyes que quedan consagradas, lo que no es apelable ante un tribunal como el de la Libre Competencia”.

Por su parte, como presidente de la Izquierda Ciudadana, el diputado Sergio Aguiló califica lo ocurrido en la Cámara como un desastre.

“Estamos en la crisis de credibilidad de las instituciones políticas más profunda en toda la historia de Chile”, reconoce el legislador a propósito del descrédito y rechazo que surge desde la ciudadanía.

Por ello, apunta a la necesidad de que surjan nuevos partidos, fuerzas y liderazgos, así como de escuchar sus propuestas.

“No es exactamente este el minuto para establecer barreras más altas a la entrada o para establecer restricciones más insoportables, sino que todo lo contrario, para que quienes son ecologistas o quienes son partidarios de la diversidad sexual y de tantos temas que existen en la sociedad, puedan efectivamente construir alternativas políticas que puedan desplegarlas y conquistar la voluntad ciudadana de una manera distinta”.

También desde Amplitud han criticado el actuar de los partidos tradicionales, particularmente a propósito de las indicaciones presentadas por Renovación Nacional y el Partido Socialista.

Tal es el caso de la senadora Lily Pérez, quien cuestiona la disminución de las barreras de entrada para los partidos tradicionales y antiguos, a la vez que el aumento de las mismas para los nuevos. Esto, ejemplificado en la necesidad de inscribirse ante notarios, frente a la posibilidad de hacerlo por correo electrónico, o también frente al requisito de contar con al menos cuatro parlamentarios electos en regiones distintas.