Estas son parte de las representaciones que Felipe Reyes narra en Corte (Editorial La Calabaza del Diablo), una novela que en cerca de 90 páginas exhibe la historia de Lalo y Toño, dos vecinos que optaron por el negocio de la droga y que producto de la presión de sus clanes, debieron enfrentarse.
“(…) Ni la conciencia revolucionaria ni la de clase, ni la palabra ‘política’ ni la palabra ‘pueblo’. Ahora reinaría del orden marcial y también la sombría incertidumbre, la desconfianza absoluta, la paranoia de las vecinas delatoras y los compañeros de la pega sigilosos que escuchan las conversaciones ajenas en la colación o en los camarines”, agrega.
El libro también está acompañado por diversas imágenes: niños jugando en un prado seco, una villa levantada en tablas, un arco roto, un perro, unos zapatos colgando de los cables de la luz. El texto además sigue su cauce entre punzada y punzada: luego de cada corte los personajes van recordando su historia que no es sino la de la población. Así, se interpelan, añoran, sufren, van hacia su infancia y vuelven al sol calcinante de esa pelea. Sin embargo, siempre hay un hilo: una precariedad determinada.
Felipe Reyes es autor de Migrante y de Nacimiento, el editor de los chilenos, texto que recibió el Premio Escrituras de la Memoria 2013, entregado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.