Luis Riveros es uno de los rostros que será parte del grupo que acompañará a los candidatos de las próximas elecciones del Partido Radical junto al exsenador de ese partido Nelson Ávila y el actual parlamentario que poco a poco se muestra como carta presidencial para el 2017, Alejandro Guillier.
La idea sin embargo, no le gusta al exrector de la Universidad de Chile, quien sostiene que se necesitan ideas más que caras.
Con un acento que denota ironía, indica que “me invitaron a ser rostro del Partido Radical en las próximas campañas municipales, cosa que yo no estuve de acuerdo, porque a mí me parece que los partidos no deben tener rostros, deben tener ideas”, subraya, al tiempo que agrega que “esto de ser un rostro mediático en el fondo le pone más de lo mismo a la política. Yo creo que eso no contribuye a hacer mejor política”.
De todas formas, sostiene que por su carácter de personalidad pública reconocida a nivel nacional, los radicales quisieron que acompañara a los representantes del sector en el proceso electoral que se avecina, aunque subraya que también lo hará con quienes lo inviten desde los independientes, “porque en mi opinión uno debe estar por encima de las banderías estrechas y mirar a los problemas del país en una perspectiva más global”.
“Hay una reducción de la ciudadanía a una expresión de consumidores”
Luis Riveros sostiene que el país está carente de ideas y por eso también ausencia de una política de calidad, la que sólo se faranduliza para vender un producto que permita acceder a cargos de representación que están lejos de resolver los problemas de la gente.
A su juicio hay “una reducción de la ciudadanía a una expresión, básicamente, de consumidores, ciudadanos que no reciben ideas sino que reciben productos y que en el fondo eso ha llevado al tipo de políticos que tenemos, políticos que ofrecen productos más que ideas, iniciativas, seriedad, responsabilidad. De ahí que a la crisis política que hemos estado a solamente un paso, porque eso lleva a todos estos problemas de corrupción, a este problema de superficialidad de la política. Y de ahí a la crisis institucional, otro pasito no más, porque eso ya ha puesto en cuestionamiento lo que hace el Parlamento, lo que hace el Gobierno, lo que hace el gabinete. Hay un desencanto total en la ciudadanía”.
A su tesis agrega una crítica a la idea que busca reponer el voto obligatorio, tal como lo han señalado, entre otros, el expresidente Ricardo Lagos, de cara al alto nivel de abstención que se registró en la pasada elección presidencial y que se espera se agudice en la municipal de octubre frente a los casos de corrupción conocidos por la opinión pública.
Para Riveros, la propuesta sólo “es tapar el sol con un dedo. Yo creo que el problema no es si es obligatorio o no es obligatorio. El problema es si la política es algo relevante para el ciudadano medio o no. Obligarlo a ir a votar es una actitud coercitiva que no colabora a superar el problema de fondo. Se sentirían mucho mejor los políticos y más conformes si los ciudadanos están obligados a ir a votar y por lo tanto dirían ‘aquí no hay ningún problema con el juicio ciudadano’ porque hay participación. Yo prefiero que se revele la verdad como es”.
“Chile ha bolivianizado sus relaciones exteriores”
El académico también aprovechó de referirse a las relaciones de Chile con sus vecinos, en particular con Bolivia, la que pasa por un momento de amplias diferencias producto de las demandas por soberanía presentadas por el Gobierno del Presidente Evo Morales.
Para Riveros, se “ha bolivianizado nuestras relaciones exteriores. Es decir, todo es Bolivia. La Presidenta va a Estados Unidos a una reunión importante para hablar desde allá sobre el tema de Bolivia. Yo creo que eso es un error”.
Además, sostiene que la mirada es errada, ya que para él “Chile tiene que seguir enfocando el problema de la integración en una perspectiva amplia, más allá que con Bolivia. Eso tiene también que hablar de Perú, eso tiene también que hablar de Argentina, naturalmente. Creo que hemos ido descuidando esa perspectiva que durante un tiempo caracterizó a las relaciones exteriores chilenas, a la perspectiva amplia, integradora, conceptual”.
Riveros sostuvo que esas fueron precisamente las materias que abordó hace algunos meses en su calidad de Gran Maestro de la Gran Logia de Chile con sus pares de Bolivia, Argentina y Perú, con el objetivo de impulsar, más allá de las disputas territoriales –que a su juicio tienen un importante componente de política interna de cada país- la integración humana y económica que permita dar un salto en el desarrollo de los pueblos.