Señor Director:

No me sorprende la medida tomada por ustedes. Soy un lector constante de vuestra publicación, también de otras, como por ejemplo el diario El País de España lo que me permite tener, quizás, una visión “menos apasionada” sobre las formas de, “¿diálogos?” entre los lectores.

“El País” ha hecho un intento constante de hacer respetar las opiniones de los lectores a través de “¿controles?” de lo que se escribe antes de incorporarlos en la discusión de los temas. Hasta el momento ha sido un resultado adecuado, sin que aquello, no impida que se “inmiscuyan” comentarios irrespetuosos contra personas por el sólo hecho de comentar los artículos.

Ya había notado la imposibilidad de compartir opiniones distintas, con respeto, y un uso correcto y adecuado del idioma castellano. Es evidente que a menos conocimiento y costumbre de un uso adecuado de las palabras, se impide el necesario diálogo.

¿Qué objeto tiene de entregar una opinión si la respuesta de muchos de los lectores sólo se limita a atacar a las personas y generalmente con un idioma procaz y soez, sin entregar argumentos? Señor director, la impresión permanente es de que muchos chilenos han entendido las situaciones políticas que vive nuestro país, de forman ¡VICTIMIZADA! Son víctimas, y como lo son, se sienten con el derecho de reaccionar de forma irracional y, en muchos casos, violentas.

Seguramente lo que escribo no es novedad. Espero sinceramente que en nuestro país se establezcan las formas necesarias para ir mejorando las relaciones entre nosotros, lo que permitiría mejores definiciones políticas de largo aliento para el bien de nuestro país.
Atentamente.