Los trabajadores del Sename acusaron responsabilidades políticas en la muerte de Lissette el pasado domingo al interior del Centro de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread), Galvarino.
La niña, que padecía severos cuadros de angustia que eran tratados con fármacos “no debería haber estado en el centro”. Así lo señaló Rodrigo Paz, siquiatra quien trabajó en el Servicio Nacional de Menores y explicó la negligencia cometida por la institución.
“Ningún niño con problemas psiquiátricos severos debiera estar en Sename. En el momento en que se le diagnosticó a esta niña un problema mayor, ella debió haber sido trasladada a una unidad de salud mental especializada y sólo volver al centro cuando estuviera en condiciones. Eso no ocurre por hoy hay un déficit de camas psiquiátricas”, señaló.
Cristopher Simpson, dirigente de la Asociación Regional Metropolitana de Trabajadores del Sename, enfatizó que la responsabilidad no pasa por los funcionarios, sino que responde a las deficientes políticas de Estado relativas a la infancia.
“La negligencia no tiene que ver con los trabajadores que somos mandatados por las grandes políticas que hoy los tecnócratas están desarrollando hacia la infancia en Chile. Queremos poner especial énfasis en que las políticas diseñadas desde los noventa en adelante han sido carentes de una lectura efectiva de la realidad que viven los sectores más postergados”.
René Sáez, presidente de la Asociación Metropolitana de Trabajadores del Sename, señaló que la muerte de Lissette no es un caso aislado sino que responde a problemas estructurales de la institución relacionadas, entre otras cosas, con las condiciones laborales de los trabajadores.
“Hace mucho tiempo que vienen los problemas de hacinamiento, de falta de personal, de acoso laboral, del maltrato a los funcionarios y extensas jornadas laborales que tenemos. Hay funcionarios que hacen turnos de 36 horas continuas lo que creemos que es inhumano y terrible para los niños que atendemos”, dijo.
El dirigente acusó que Sename “corta el hilo por la parte más delgada”, refiriéndose a que son los funcionarios los que pagan las consecuencias de los problemas institucionales. En ese sentido recordó el caso de 2012 cuando otro niño murió en uno de los centros residenciales del Servicio (Cread), luego de lo cual dos funcionarios fueron despedidos, pese a que Contraloría ordenó su reintegro por no tener responsabilidades en este hecho.
Por su parte, Pablo Tarifeño, secretario general de la Asociación de Trabajadores, explicó las demandas concretas de los funcionarios: “Estamos pidiendo que se revise la repartición de cargos, que se revise la cantidad de gente que se necesitan en los centros. Tenemos Pudahuel que necesita trabajar con 36 educadores, pero en este momento hay quince. La misma situación en Galvarino y en San Joaquín donde también falta gente. Hay alrededor de siete concursos abiertos, para que ingresen nuevos funcionarios, pero se cierran las plazas porque también ingresan con un promedio de sueldo muy bajo”, aseguró.
Luego de entregar una carta al Sename, los trabajadores sostuvieron una reunión de coordinación para convocar a otros centros a movilizarse durante la semana. Esto porque, según dijeron, “no habrá responsables sin movilización”. Sin embargo, acusan que existe miedo por parte de los funcionarios a denunciar estas situaciones.
Por otra parte, diputados de la UDI consideraron que las explicaciones de la autoridad “fueron insuficientes y rayan en los insólito”, refiriéndose al argumento que dio Marcela Labraña sobre que la muerte de esta niña se habría producido por “la pena de no recibir las visitas del fin de semana”. A estas críticas se sumaron los diputados de Renovación Nacional Marcela Sabat y Gonzalo Fuenzalida quienes apuntaron a la falta de medidas de contención adoptadas al interior del Sename luego de la muerte de Lisette.
Los parlamentarios anunciaron que enviarán oficios a la institución y citarán a la Cámara de Diputados a la directora del organismo.