La celebración de la revolución de mayo de 1810 en Argentina (un símil de lo que fue nuestra primera junta de gobierno) fue la excusa que tres países (Argentina, Chile y Uruguay) encontraron para organizar el primer torneo internacional de fútbol. Dicha cita se repitió seis años más tarde, también en Argentina, esta vez, para celebrar los 100 años de vida independiente de la nación trasandina, ese torneo es considerado la primera Copa América de la historia.
Además de Argentina, Chile y Uruguay, se sumó en esta ocasión Brasil, completando cuatro equipos en el torneo. Fue el 9 de julio de ese mismo año que el connotado deportista uruguayo Héctor R. Gómez, propuso continuar este tipo de torneos, además de concordar en las condiciones reglamentarias que regirían a este tipo de encuentros.
Argentina, sin ser derrotada, perdió el título frente a Uruguay, con quienes dividieron puntos en un partido que las crónicas de la época calificaron de dramático. Fue un torneo marcado por los problemas de organización, comprensibles si hablamos de un fútbol que todavía era amateur y practicado solo por algunas personas.
Como ejemplo de este “amateurismo” que caracterizó a este torneo, previo al partido que enfrentaría a argentinos con brasileños, dos de los mejores jugadores de la selección local no se presentaron en los vestuarios: Alberto Ohaco y J. Perinetti. El plantel no contaba más de once jugadores por lo que se debió buscar a los futbolistas que los reemplazaran en la tribuna, entre los asistentes al partido.
Fue así como los dirigentes encontraron al “Negro” Laguna y Bincas, que si bien jugaron con entusiasmo, no alcanzaron a desempeñarse como lo habrían hecho los titulares. De esta forma Argentina empató un partido crucial que, a la larga, le costó el campeonato.
Por su parte Chile acudió a este campeonato encabezado por un hombre que terminó por consagrarse como el mejor jugador del campeonato, hablamos del arquero Manuel “Maestro” Guerrero, que ya había expuesto sus dotes en el pórtico en el campeonato realizado en 1910.
Guerrero fue la primera gran figura del fútbol chileno y en ese campeonato, su figura se acrecentó debido a la endeble defensa nacional. Aunque recibió muchos goles, fueron más las pelotas que se quedaron adheridas en sus manos o las que fueron desviadas al lanzamiento de esquina.
Su comportamiento tuvo la virtud de inclinar al público asistente a favor de la selección de Chile. El empate conseguido frente a Brasil fue una demostración de empuje que caracterizaba a Guerrero y el resto del equipo. Dicho partido es considerado como la primera proeza internacional del balompié criollo.
Uruguay vs Chile
El encuentro entre el que, a la postre, resultaría campeón y Chile se inclinó fácilmente en favor del cuadro oriental. Nuestra selección se caracterizaba por su inexperiencia, la cual sobraba en el equipo contrario. Solo en el primer tiempo el cuadro chileno opuso algo de resistencia, más que nada por la buena actuación de Manuel Guerrero que logró mantener la valla en cero hasta que, a falta de un minuto para que acabara la primera parte, el cuadro uruguayo logró abrir el marcador, a través de José Piendibene.
En el segundo tiempo, a pesar de la extraordinaria actuación del “Maestro” dos goles de Gradín y uno más de Piendibene terminaron por completar el 4 a 0 con el que Uruguay derrotó a la selección de Chile.
Argentina vs Chile
Fue el 6 de julio, ante 5 mil personas en el estadio de Palermo, que se enfrentaron Argentina contra Chile. Al igual que en el encuentro ante Uruguay Chile opuso resistencia durante el primer tiempo, logrando terminar la parte inicial con el marcador empatado a un gol gracias a los tantos del argentino Ohaco y del chileno Baez.
Si bien Chile efectuó algunos cambios, dos penales a favor de Argentina por manos en el área permitió que el zaguero argentino, Juan Brown, aumentara la cuenta 3 a 1. Luego Marcovecchio en dos ocasiones y Ohaco decretaron el 6 a 1 final en contra.
Cabe consignar que el cuadro chileno jugó con un hombre menos prácticamente toda la segunda mitad debido a la lesión de Gutierrez, además, una vez convertidos los penales el equipo se desmoralizó por completo. De no ser por la notable actuación, nuevamente, del “Maestro” Guerrero el resultado habría sido más abultado.
Brasil vs Chile
Tan solo dos días después, sin que los jugadores pudieran haber recuperado sus energías, se enfrentaron las selecciones de Chile y Brasil. El favoritismo del cuadro brasileño era abrumador, sobre todo por tener a la mejor delantera del torneo encabezada por Frienderich.
Fue el propio Frienderich el encargado de abrir el marcador con una jugada que los medios de la época calificaron de “prodigiosa”. De ahí en más la selección chilena logró resistir los embates de Brasil y se creía que el partido terminaría con ese único tanto. Sin embargo, el chileno Salazar, interior izquierdo del cuadro nacional, cuando faltaban pocos minutos para que terminara el partido, conectó un tiro cruzado violento que se coló en el arco defendido por Mendonca.
El desesperado esfuerzo brasileño por conquistar el triunfo en esos escasos segundos que faltaban se estrelló, como en todos los anteriores, con las manos del arquero chileno Manuel Guerrero, quien sería el héroe de la jornada.
El incendio de Gimnasia y Esgrima
El partido final de esta Copa estaba programado para que se jugara en la cancha de Gimnasia y Esgrima, en Palermo, donde hasta ese momento se habían jugado todos los encuentros. Fue tal la afluencia de público a ese partido, que habiéndose vendido entradas superior a la capacidad, se rompieron las puertas producto de una avalancha de gente que quería ingresar.
Las personas invadieron el terreno y obligaron a la suspensión del partido, dado que resultaba imposible convencer a los hinchas de que abandonaran el campo. El anuncio de suspensión provocó la ira del público de las tribunas y algunos exaltados prendieron fuego a las graderías, y éstas, de buena madera, quedaron rápidamente convertidas en una impresionante hoguera. No hubo desgracias personales.
El partido se trasladó, 24 horas más tarde, al estadio de Racing de Avellaneda, donde argentinos y uruguayos no pudieron superarse, resultando el cuadro oriental campeón, por tener una mayor cantidad de puntos.
La tabla final la encabezó Uruguay con puntos, le siguió Argentina con cuatro, Brasil con dos y Chile con solo un punto. El goleador del torneo fue el uruguayo Ruperto Gamboa, mientras que el mejor jugador fue su compatriota Isabelino Gradín.
Si bien la primera Copa América formal se jugó al año siguiente en Uruguay, este torneo sirvió para sentar las bases de lo que sería el campeonato de fútbol entre naciones más antiguo del mundo. Torneo que este año celebra su centenario y que por primera vez se juega más allá de las fronteras de América del sur.