Seis de la tarde en un supermercado de la capital, avanzo por el pasillo principal y pienso en las compras habituales del día. Con el dato de que existe una góndola con medicamentos, me dirijo curiosa a descubrir el nuevo “nicho” del comercio.
¿Con qué me encuentro? Entre ellos, gastrointestinales, vitaminas, antitusivos, analgésicos, antisépticos, antiinflamatorios, antipiréticos y suplementos alimenticios.
En este caso, Cencosud ya había implementado su propia farmacia al interior del local lo que fue clave para dar curso a la “autoatención”. En un costado de ese mesón, me encuentro con la góndola y un pendón que explica cuatro pasos. Si te decides por una opción, tomas uno de los tarjetones (copia fiel de la imagen del producto) y te diriges a la caja especial para los clientes de la farmacia.
Las personas, de a poco, se acercan y observan las recientes alternativas de venta directa. ¿Qué tipo de remedios están disponibles y desde cuándo? El vendedor me contesta: desde hace dos semanas se pueden acceder a los medicamentos “OTC”.
Mauricio Huberman, presidente del Colegio Químico y Farmacéutico, explicó que éstos no necesitan receta. “No deberían causar daño en las dosis que se usan normalmente, el problema pasa que la gente va a acumulando y las cantidades elevadas podrían provocar problemas”, agregó.
Advirtió que “en Chile tenemos mala educación de medicamentos”. Por esta razón, en caso de una dolencia, llamó a “usarlos cuando sea necesario y bajo una indicación o uso conocido. A veces se reciben recomendaciones de gente inexperta”.
Mauricio Huberman comentó que “pueden estar en tarjetones o en góndolas con productos ficticios. Se exige que varias marcas estén ahí y no solo las propias. Además, de información de toxicología y, en caso de urgencia, saber dónde llamar”. Sin embargo, puso en duda si es la mejor alternativa para cotizar.
“Tampoco está la variedad completa para decir cuál es más barato, seguro ellos trabajan con los que consiguen mejores condiciones”, concluyó.
¿Enamorados de los fármacos?
Según la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, el 48,5% de los adultos de 15 y más años reportó el uso de al menos un medicamento. Y el 55 por ciento del gasto en salud de las familias estaría destinado a la compra de estos productos.
En el nuevo pasillo para los medicamentos, destaca un mensaje: “No se automedique. Consulte siempre a su médico o químico farmacéutico”.
Hernán Chávez, profesor de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, explicó que “en Estados Unidos existe el concepto de OTC (“over the counter”) que no es exactamente igual a la venta directa. Ésta última, tiene que tener un intermediario. La persona debe llevar el estuche y pasárselo al vendedor y en ese momento puede hacer una consulta. Es una diferencia sutil”.
Chávez agregó que “siempre hay casos límites. El paracetamol si se toma con mucha frecuencia y en cantidades altas, puede producir daños hepáticos. También el ibuprofeno, si se consume de manera indiscriminada. Se debería estimular que la gente hiciera más preguntas (al farmacéutico)”.
“Esto se rige por el signo pesos. Es una iniciativa comercial, no va en la dirección de la salud sino en obtener mayores beneficios económicos. Ponen el medicamento para que lo compren con más facilidad como cualquier otro bien, no están preocupados exactamente de la salud de quien lo consume”, afirmó el académico.
Este nuevo mercado de los supermercados, no solo se presenta en Chile. También se aplicó en Estados Unidos, Australia y en algunos países de Europa. El químico farmacéutico advirtió que “la diferencia es que en Chile el nivel de conocimiento de las personas es menor. Tiene una cultura de medicamentos muy baja y eso la pone más vulnerable a este tipo de campañas”.
Chile es uno de los países que tiene mayor automedicación en América Latina. El académico dijo que no hay que demonizar el concepto, pero sí aclarar que se debe actuar con responsabilidad. Por esta razón, sería necesario implementar una capacitación al usuario.
En 2014, el Ministerio de Salud dio a conocer modificaciones al decreto que rige la venta de medicamentos en farmacias y otros locales. Helia Molina, ex titular de esta cartera, advertía de nuestro amor para enfrentar las dolencias. “Chile es un país enamorado de los fármacos”, advertía.
“No es lo mismo que vender lápices o manzanas”
Pasan los minutos y sigo descifrando este nuevo pasillo. Muchos tarjetones con marcas e información del producto, pero no tengo claro si tengo acceso a todas las opciones disponibles o si los precios son justos.
El costo no es un dato al azar. Después de las investigaciones por colusión y las críticas a los “abultados” precios en una industria concentrada, no sorprende la explosiva llegada de las farmacias comunales o populares.
Este primer paso en los supermercados, ¿será la solución?.
“No es lo mismo vender lápices, peras o manzanas y estar vendiendo medicamentos. Porque si se consume mal va a causar daño. Mucha gente llega a los hospitales con molestias y ahí no se dan cuenta que ha sido un problema de sobredosis de medicamentos o un uso exagerado durante mucho tiempo”, afirmó Hernán Chávez.
El diputado de la Comisión de Salud, Jorge Rathgeb (RN), recordó que la publicidad debe ser clara. “Todo lo que sea mejorar la atención al público siempre va a ser bienvenido considerando las polémicas y criticas ante lo que sucede con las farmacias. Por ejemplo, el caso de la colusión. Es importante que lleguen medicamentos de calidad y con bajo precio a toda la ciudadanía. Por supuesto, la fiscalización debe estar presente”.
A la salida, en el carro acumulo las verduras, productos de aseo y la pastilla para el dolor de cabeza. ¿Era necesario? ¿O solo lo vi como un bien de consumo más? La educación, nuevamente, será una herramienta necesaria en este escenario. ¿Por qué? Para no sumar más casos a las “cifras negras” de posibles intoxicaciones por fármacos. Y a largo plazo, tu organismo y tu bolsillo te lo agradecerán.