Theresa May, ministra de Interior del gobierno conservador saliente, toma posesión este miércoles del 10 Downing Sreet, tres semanas después del voto de los británicos para salir de la UE.
Los desafíos a los que se enfrenta la segunda primera ministra mujer del Reino Unido desde Margaret Thatcher son innumerables. En primer lugar, May tendrá que reunificar un partido conservador profundamente dividido por el debate europeo.
Para ello, la hasta hoy ministra del interior tendrá que dar algún tipo de participación en su gobierno a quienes apoyaron la salida del Reino Unido de la Unión Europea en el referéndum del 23 de junio.
En el frente externo, Theresa May tendrá que activar la cláusula 50 del Tratado de Lisboa, que da comienzo al proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea.
A pesar de que May apoyó el bando de quienes querían permanecer en la unión, ella ha insistido en la salida. “Brexit significa Brexit y haremos de ello un éxito”, aseguró May el lunes, acabando con las esperanzas de quienes soñaban con una milagrosa permanencia en UE.
En ese sentido, las negociaciones para el acceso del Reino Unido al Mercado Común Europeo se presentan espinosas, debido a que May insiste en limitar la inmigración de ciudadanos de la Unión Europea hacia el Reino Unido, mientras que la posición de Bruselas es clara: no habrá participación británica en el mercado común sin libre tránsito de personas.