Mario Waissbluth, ingeniero civil de la Universidad de Chile y fundador de Educación 2020, abordó en conversación con Juan Pablo Cárdenas el fenómeno de la corrupción y la crisis de confianza en las instituciones que afecta a nuestro país, a propósito de su último libro “Tejado de vidrio. Cómo recuperar la confianza en Chile”.
Waissbluth aseguró que 2015 fue “el año en que perdimos la virginidad emocional respecto del tema”, al destaparse todos los casos de corrupción no sólo en la élite política y empresarial, sino que en todo nivel.
No obstante, el ex presidente de Educación 2020 sostuvo que en términos comparativos, Chile no es un país con altas tasas de corrupción: “La única corrupción masiva que ha habido en Chile, que yo tenga registro (y créeme que hice harta revisión de datos) fue la privatización de las empresas hechas por Pinochet… Y no estoy haciendo un juicio ideologizado; esto significa que a valor presente los amigotes o parientes como Ponce Lerou se llevaron para la casa 10 mil millones de dólares. Ese sería el valor real si es que se hubiesen licitado las empresas”.
En este sentido, Mario Waissbluth enfatizó en los índices mundiales de corrupción en los cuales nuestro país presenta uno de los mejores puestos entre los países de la región, lo que lo lleva a decir que “aún hay patria, ciudadanos. No hemos destruido este país, por más esfuerzos que hayan hecho los señores Penta o el señor Novoa, o el señor Ponce Lerou, o los candidatos. No, no se ha destruido, y estamos a tiempo para parar este brote que nos dio y retomar un rumbo adecuado”.
No obstante, Waissbluth señaló que uno de los problemas en el que sí nuestro país presenta cifras y datos para nada halagüeños, es la desigualdad social, en donde estamos “en los peores lugares del mundo”, y estamos al debe, pero también lo es la desconfianza interpersonal
“Nuestros indicadores de confianza interpersonal de Chile, son de los peores del mundo. Somos un país desconfiado, chaquetero en que cuando tú conoces a una persona por primera vez, tu primera actitud respecto a él es ‘qué se traerá este gallo’, que va incluso más allá de la realidad objetiva: hay una cultura de la desconfianza, y lo han escrito Fukuyama, lo han escrito grandes pensadores, que en los países en los que impera la desconfianza no se desarrollan”.
Waissbluth señala que el indicador de confianza interpersonal en Chile incluso ha ido decayendo desde que se hizo la primera medición en 1990, cuando registró un 24 por ciento, mientras que en la actualidad alcanza apenas un 12 por ciento, lo que lo lleva a plantear que Chile tiene “diabetes moral aguda”.
A propósito de este tema, Mario Waissbluth valoró el rol que ha tenido Eduardo Engel, primero como líder de la comisión presidencial que entregó más de 250 lineamientos sobre probidad y transparencia de la actividad pública, luego de “la hilera de escándalos” de corrupción que han remecido a Chile, y además por el seguimiento que ha hecho de la tramitación de las leyes que vienen a concretar estas sugerencias.
“Yo podría decir que si se implementan en los próximos tres o cuatro años el 80 o 90 por ciento de las 250 propuestas de la Comisión Engel, va a ser mucho más difícil en Chile andar haciendo chanchaditas no sólo en el gobierno, no sólo en la colusión con el sector privado, sino también al interior del sector privado. Otros países tienen el escándalo y no arman una Comisión Engel y no tienen un Engel, tampoco, que después ande cateteando lo que se haga. Aquí se ha hecho”.
Nueva Constitución y pensiones
Sobre una eventual nueva Constitución, Waissbluth declaró que a diferencia de la mayoría del país, él considera que es necesario realizar cambios puntuales y urgentes a la actual Carta Magna, como por ejemplo extender el período presidencial, ya que, a su juicio, en la actualidad “el país está destruido, no tiene posibilidad alguna; todos los gobernantes y la legislación se orientan al corto plazo, la demagogia se hace presa de la cuestión”. También cambiar el sistema de gobierno desde el presidencial a uno semi parlamentario con Congreso unicameral.
“Si yo tuviera una varita mágica y dijera transformemos esto en una república semi parlamentaria, que tenga un presidente y a la vez un primer ministro, los buenos primeros ministros que hacen bien la pega duran 10 o 15 años, y los malos se van volando en 6 meses. Yo te aseguro que este gobierno no se hubiera atrevido a hacer las leseras que ha hecho en un gobierno semi parlamentario… Ya con los índices de popularidad que tiene habría volado en 6 meses. Entonces ese es un cambio constitucional urgente”.
Waissbluth se auto definió como “gradualista-leninista”, por esta razón sostuvo que si bien es necesario ponerse metas ambiciosas; hay que ir “cortando el salame de a poco…”
En este sentido, el director de Educación 2020 señaló que una forma de concretar este escenario es que el presidente llame a un plebiscito para que la ciudadanía decida si quiere, por ejemplo, extender el período presidencial de cuatro a seis años, y si es pertinente cambiar a un sistema semi parlamentario, lo mismo que cambiar la composición del Tribunal Constitucional.
“Si se cumpliera mi sueño: república semi parlamentaria, llamado a elecciones generales y nuevo Congreso unicameral, y ahí sí que tenemos un espacio de confianza en el Congreso como para poder llamar a asamblea constituyente y todo lo que quieran. Pero sin eso yo lo veo, francamente, muy difícil”.
En materia de las demandas ciudadanas sobre cambios profundos al sistema de pensiones en nuestro país, Waissbluth planteó que el problema fundamental que enfrenta nuestro Chile son los bajísimos ingresos y salarios que percibe la mayoría de la población. En Chile, de acuerdo al ingeniero civil, el 92 por ciento de la población tiene un ingreso per cápita de 500 mil pesos hacia abajo, por lo tanto cualquier mejora en el sistema previsional exige realizar una nueva reforma tributaria.
“Ese es Chile, es un país pobre con un 8 por ciento de multimillonarios o de gente que gana en los millones hacia arriba. Y por consecuencia, las jubilaciones son las que son, con AFP o sin AFP”, concluyó.